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En un café Starbucks en Dearborn, Michigan, Mona Musid, 25 años, estaba pegada a la pantalla de su computadora mirando un video del discurso triunfal del presidente electo Donald Trump en YouTube.
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En este suburbio de Detroit, donde vive una de las poblaciones más grandes de musulmanes y árabes de Estados Unidos, Musid trataba de darle sentido, como muchos en su comunidad, al inesperado triunfo republicano.
“Quiero saber qué tiene para decir y hacia dónde va a ir”, dijo mientras escuchaba fragmentos del discurso, buscando señales sobre su ahora incierto futuro.
Musid explicó que en su familia extendida, de ascendencia yemení pero con raíces estadounidenses desde 1940, muchos están conmocionados y preocupados.
“No entienden lo que va a pasar. Vinieron aquí en busca de oportunidades. Temen que él nos las quite”, explicó.
El origen de sus preocupaciones proviene de la retórica de campaña de Trump, que incluyó llamados a prohibir el ingreso de inmigrantes musulmanes a Estados Unidos, seguidos por promesas de “escrutinio extremo” de aquéllos originarios de países afectados por el terrorismo.
Los estadounidenses musulmanes se preguntan ahora, en todo el país, lo que una presidencia Trump podría significar, explica Hazem Bata, líder de la Sociedad Islámica de Estados Unidos, un grupo que defiende los intereses de la comunidad.
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“Lo que escucho es una mezcla de miedo y preocupación”, dijo Bata.
“Mucha gente se siente vulnerable. Muchos musulmanes que están aquí, si bien lo están legalmente, no son necesariamente ciudadanos estadounidenses. Están preocupados. Y algunos, directamente, tienen miedo”.
– Vienen “tiempos difíciles” –
Trump mostró un tono conciliador en su discurso tras su victoria.
“Seré el presidente de todos los estadounidenses”, anunció. “De todas las razas, religiones, historias y creencias.”
Pero esas palabras sonaron huecas para tres hermanas en The Lava Lounge, un popular lugar para almorzar en Dearborn donde escuchaban las noticias de la televisión.
Quinta generación de estadounidenses, las tres hermanas son de origen libanés. Alyse, una de ellas, que no quería dar su nombre completo, opinó que la elección de Trump expuso “cuánto odio hay en nuestro país”.
“El daño es irreversible”, sentenció.
“Siento que vendrán tiempos difíciles”, agregó su hermana Nadeen Hider, de 24 años. “En una noche, se barrieron 60 años de evolución”.
La victoria de Trump fue fuente de confusión al igual que de miedo.
En la Academia Juvenil Musulmana de Dearborn, una escuela primaria y secundaria, a la mañana los niños se hacían preguntas unos a otros y a sus padres.
“¿Cómo pudieron elegir a Trump sobre Hillary Clinton? Ella está mucho más calificada.”, preguntó un joven a un grupo de compañeros y adultos, que no ofrecieron respuesta.
– “Cuatro años de vacío” –
“Cuatro años de vacío”, exclamó una joven al entrar en la escuela con sus padres.
Para algunos, las consecuencias de la victoria de Trump fueron directas e inmediatas.
Hiba Nasser, de 19 años, estudiante de segundo año en la Universidad Estatal Wayne de Detroit, dijo que el miércoles por la mañana tenía miedo de salir de su casa.
Nasser lleva un shador, el tradicional velo que cubre la cabeza, y estaba preocupada de que la victoria de Trump envalentonaría a los que podrían tomarla como blanco. De hecho aseguró que ya soporta el acoso ocasional.
“La gente me dice que soy una terrorista, que mi presencia en este país es un error, que debo irme”, dijo Nasser.
Sin embargo, también hubo una contra-narrativa entre los musulmanes estadounidenses en Dearborn, muchos de los cuales viven en Estados Unidos desde hace décadas y están menos preocupados por cuestiones de inmigración.
A menudo sin querer ser identificados por su nombre, varios dijeron a la AFP que estaban contentos con la victoria de Trump, porque no confiaban en Clinton.
Mientras compraba el desayuno en la panadería de New Yasmeen, Hassan Elhassani, 33 años, dijo que Trump era el mal menor de dos malas opciones.
“No me preocupa la retórica (de Trump)”, dijo Elhassani, quien emigró de Líbano hace 17 años y es ciudadano estadounidense.
“Si uno es ciudadano, él no puede cambiar nada”.