Las fuerzas kurdas iraquíes destruyeron las viviendas de cientos de árabes de la ciudad de Kirkuk (norte) en respuesta a un reciente ataque del grupo yihadista Estado Islámico (EI), afirmó Amnistía Internacional este lunes.
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La oenegé afirmó que, tras un ataque de varios días lanzado por el EI en Kirkuk el 21 de octubre, las autoridades de la ciudad -controlada por los kurdos-, destruyeron las casas de varios cientos de árabes iraquíes y les ordenaron que abandonaran la ciudad.
Entre los habitantes desterrados de Kirkuk y de pueblos de los alrededores figuran unas 250 familias que ya habían tenido que huir de su ciudad de origen por culpa de la violencia, según Amnistía Internacional.
“Sospechosos de haber ayudado al EI a coordinar el ataque (de Kirkuk), a muchos de ellos se les ordenó que volvieran a sus lugares de origen o fueron ubicados en campamentos”, denunció la oenegé, según la cual se confiscó a los habitantes sus documentos de identidad.
El informe de Amnistía Internacional cita a civiles que afirman que su casa fue derruida el 25 de octubre, un día después de que acabara el ataque sorpresa del EI en Kirkuk, ciudad multiétnica situada a 170 kilómetros al sureste de Mosul, en la que 120 personas perdieron la vida, 74 de las cuales eran yihadistas.
“Tales destrucciones, no justificadas por una necesidad militar, constituyen un crimen de guerra. Ordenar el desplazamiento de la población civil -a no ser que sea por su propia seguridad o esté justificado por una necesidad militar- constituye también un crimen de guerra”, denunció la organización.
Según la directora adjunta de investigaciones de su oficina regional de Beirut, la oenegé pidió a las fuerzas kurdas iraquíes que “pusieran fin inmediatamente” a estas “destrucciones ilegales” y a los “desplazamientos forzosos” de la población civil.
En enero, Amnistía Internacional ya acusó a las fuerzas kurdas de haber destruido miles de casas en el norte de Irak en un aparente intento de desplazar a la población árabe.