El Kremlin anunció que mantenía la suspensión de los bombardeos rusos contra Alepo, epicentro del conflicto sirio, aunque los rebeldes se niegan a abandonar la ciudad, incluso con la instauración de una tregua unilateral declarada por Moscú.
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“La pausa humanitaria como tal tenía una duración limitada, pero la suspensión de las operaciones aéreas rusas se prolonga”, declaró este lunes el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov.
“Si los rebeldes no pasan a la ofensiva ni llevan a cabo una campaña agresiva, el presidente (Vladimir Putin) considera que es oportuno” prolongar el alto el fuego, precisó Peskov.
Una tregua, decidida de forma unilateral por Rusia y el régimen sirio entró en vigor el viernes a las 07H00 GMT y expiró a las 17H00 GMT en la ciudad de Alepo, dividida entre los barrios bajo control rebelde y los barrios progubernamentales.
Esta “pausa humanitaria” tenía que permitir la evacuación de civiles y heridos, así como la retirada de los combatientes.
Pero los ocho corredores humanitarios creados con este objetivo permanecieron casi vacíos.
Desde el 18 de octubre, Rusia ha interrumpido sus ataques aéreos contra Alepo, que hasta entonces eran casi diarios.
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Esta interrupción se produjo al tiempo que el ejército sirio, apoyado por la aviación rusa, lanzó el 22 de septiembre una gran ofensiva para recuperar los barrios del este de Alepo.
Antaño capital económica de Siria, Alepo se ha convertido en una ciudad clave, tanto para el régimen de Bashar al Asad como para los rebeldes, que se enfrentan desde 2011 en un conflicto que ha causado más de 300.000 muertos.