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General de izquierda lidera presidencial búlgara seguido por candidata conservadora

Las encuestas daban este domingo en segundo lugar a la candidata del primer ministro Bokyo Borisov frente a su rival opositor socialista, en la primera vuelta de las elecciones presidenciales búlgaras.

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Tsetska Tsacheva, presidenta del parlamento, de 58 años, obtuvo 21,5% de los votos según el instituto de sondeos Alpha research, y 22,3% según el instituto Gallup, basados ambos en el escrutinio de más de la mitad de los sufragios.

La candidata oficial figura detrás del candidato Rumen Radev, ex comandante de las fuerzas aéreas de 53 años que aboga por levantar las sanciones europeas a Rusia, quien obtendría 24,6% o 24,9%, según los mismos institutos.

Horas antes encuestas a la salida de urnas daban porcentajes similares para ambos candidatos. Los primeros resultados oficiales se darán a conocer el lunes.

Las encuestas auguran una segunda vuelta muy cerrada el 13 noviembre, cuando se considera esta elección como una prueba de medio mandato para Borisov.

Borisov, de 57 años, en el poder desde 2014, dijo antes de los comicios que si Tsacheva no lograba el primer lugar en la primera vuelta, convocaría a elecciones legislativas anticipadas.

Esto sumiría al más pobre país de la Unión Europea en una nueva tormenta política.

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Una victoria de Radev, que aboga por el levantamiento de sanciones europeas contra Moscú, podría conducir a Bulgaria, ahora miembro de la UE y de la OTAN, a un acercamiento a Rusia.

Unos 6,8 millones de electores de esta democracia parlamentaria salieron a votar entre 21 candidatos, entre ellos los dos favoritos Tsacheva, miembro del gobernante partido conservador GERB, y el general Radev, que aboga por mejorar las relaciones con Rusia.

En Bulgaria, el presidente, elegido por cinco años, desempeña sobre todo un papel protocolario, aunque es una figura respetada a la que se puede recurrir en casos de crisis.

“Voto por la estabilidad y la seguridad de una Bulgaria próspera”, declaró este domingo Tsacheva en su ciudad de Pleven (norte), situada en una de las regiones más pobres de Europa.

La campaña presidencial destacó la lucha contra la pobreza, la crisis demográfica y el éxodo de la población, en un país donde el salario medio es de 480 euros al mes.

Los tres últimos sondeos publicados el viernes daban la ventaja a Tsacheva con entre 26% y 28% de los votos en la primera vuelta, seguida de Radev, con entre 22% y 23%.

Una derrota de la candidata del partido gobernante abriría una grieta en la supremacía del GERB que controla el poder ejecutivo.

La participación alcanzó el 20% a mediodía (10H00 GMT), tanto como a las 14H00 (12H00 GMT) en las anteriores elecciones presidenciales de 2011, según el instituto de sondeos Alpha Research.

Una reciente enmienda a la ley electoral introdujo “el voto obligatorio” –cuyo incumplimiento no conlleva ninguna sanción grave– con el objetivo de movilizar al electorado y evitar el peso del voto manipulado o comprado, un problema endémico.

La presidenta del Parlamento centró su campaña en la “estabilidad” brindada por el gobierno, mientras que Radev aseguró encarnar “el cambio” frente a la corrupción y la pobreza.

Los dos candidatos también se opusieron sobre su relación con Rusia, de la que Bulgaria depende casi por completo en el ámbito energético.

Tsacheva prometió “preservar la orientación europea y euroatlántica” de Bulgaria, al igual que el presidente saliente Plevneliev.

En cambio, Radev, a pesar de haber recibido formación en Estados Unidos, tiene una postura menos estricta respecto a Moscú: “Una mejora necesaria de las relaciones con Rusia no supone un retroceso de los valores euroatlánticos”, considera el general.

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