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El presidente sudafricano Jacob Zuma puso buena cara el sábado en su primera aparición pública desde que el miércoles se publicara un informe oficial que denuncia posibles delitos de corrupción en la cúspide del gobierno, en manos del Congreso Nacional Africano (ANC).
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“He pasado mucho tiempo en la cárcel. No me da miedo la cárcel, he estado ahí”, dijo Zuma, quien estuvo encarcelado 10 años durante el apartheid, en Robben Island junto a Nelson Mandela.
En un discurso ante cientos de simpatizantes del ANC en Dumbe, una pequeña localidad de la provincia de Kwazulu-Natal (este), Zuma acusó a la oposición de “utilizar los tribunales para meter miedo al ANC”.
“No nos van a intimidar”, defendió.
El miércoles, la mediadora de la República de Sudáfrica, encargada del buen uso del dinero público, instó a los fiscales a investigar supuestos delitos a través de un informe que provocó que desde varios círculos, incluyendo algunos del partido de Zuma, se pidiera la dimisión del presidente.
La investigación denuncia un posible caso de colusión entre el Gobierno y una rica familia de empresarios indios, los Gupta, sospechosos de influenciar al presidente Zuma, logrando incluso el nombramiento de algunos ministros favorables a sus intereses.
El informe llevó a la oposición a programar una moción de confianza en el Parlamento el 10 de noviembre. Zuma ya ha sobrevivido a dos mociones de este tipo este año.
Jacob Zuma, de 74 años, que sobrevivió a numerosos escándalos desde su acceso a la presidencia en 2009, suscita cada vez más críticas tras la histórica derrota que sufrió su partido, el Congreso Nacional Africano (ANC), en las elecciones municipales de agosto.