Una concentración de decenas de miles de islamistas en contra el gobernador de Yakarta, acusado de blasfemia, este viernes en la capital indonesia, terminó con violentos enfrentamientos entre la policía antidisturbios y manifestantes, muchos de los cuales rechazaban abandonar las calles.
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La policía lanzó gases lacrimógenos y utilizó cañones de agua para dispersar a varios miles de irreductibles, algunos de los cuales incendiaron dos vehículos de la policía al caer la noche, constató un periodista de la AFP.
Algunas escenas caóticas tuvieron lugar en las cercanías del palacio presidencial, tras una demostración que había sido pacífica, convocada por el Frente de Defensores del Islam (FPI).
Éste acusa al gobernador de Yakarta, Basuki Tjahaja Purnama, un cristiano de origen chino, de haber insultado al islam recientemente.
Unas 50.000 personas, según la policía, desfilaron en la capital después de la plegaria del viernes y la mayoría se dispersó antes de finalizar la manifestación, que estaba autorizada hasta las 18H00 locales (11H00 GMT).
Pero, al caer la noche, varios miles de radicales se enfrentaron a la policía.
Unos 18.000 policías y efectivos militares fueron desplegados para afrontar cualquier incidente provocado por los manifestantes, mientras que varias embajadas llamaron a reforzar su vigilancia.
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El gobernador, conocido por su locuacidad, está acusado de blasfemia contra el islam a causa de una declaración realizada en septiembre. Éste había afirmado que la interpretación por parte de algunos ulemas (teólogos musulmanes) de un versículo del Corán según el cual un musulmán sólo puede elegir a un dirigente también musulmán es errónea.
La polémica tomó dimensiones desmesuradas, ante lo que el gobernador, apodado Ahok, se disculpó, pero no fue suficiente para calmar la cólera de grupos radicales como el FPI en el país musulmán más poblado del mundo.
A mediados de octubre hubo otra manifestación de unas 10.000 personas contra el gobernador, que en febrero aspira a ser reelegido en el cargo.
