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La justicia turca ordenó este viernes prisión preventiva para los líderes del principal partido prokurdo, pocas horas después de su detención, una decisión que ahonda la purga política que sufre el país desde el intento de golpe de estado de julio.
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La detención de los copresidentes del Partido Democrático de los Pueblos (HDP), segunda fuerza de la oposición turca, Selahattin Demirtas y Figen Yüksekdag, y de una decena de diputados de la formación, suscitó reacciones indignadas de Occidente, cuyas relaciones con Turquía ya se encuentran tensas a causa de los atentados contra las libertades reprochados al poder del presidente Recep Tayyip Erdogan.
Poco después de la detención de los copresidentes del Partido Democrático de los Pueblos (HDP) y de once diputados de la formación, en la noche del jueves, se produjo un atentado contra una comisaría con coche bomba en Diyarbakir, ‘capital’ kurda en el sureste turco de mayoría kurda, que causó nueve muertos, entre ellos dos policías, y más de 100 heridos, según un último saldo oficial.
El primer ministro Binali Yildirim atribuyó el atentado al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), una organización en armas contra el régimen, considerada “terrorista” por la Unión Europea y Estados Unidos.
La detención de Selahattin Demirtas provocó la reacción de Estados Unidos, que se declaró “muy preocupado” por la acción del régimen.
Un tribunal de Diyarbakir decidió posteriormente declarar prisión preventiva contra los dirigentes kurdos, en el marco de una investigación “antiterrorista” vinculada al PKK.
También la titular de la diplomacia europea, Federica Mogherini, se declaró “extremadamente preocupada” por los arrestos e indicó en Twitter que convocaría una reunión de embajadores de la UE en Ankara.
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Alemania anunció por su parte que convocó al encargado de negocios turco.
En París, el portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores, Romain Nadal, afirmó que estas detenciones “provocan una viva preocupación” y llamó a Ankara “a respetar el Estado de derecho y las libertades fundamentales”.
En un texto escrito a mano y leído por uno de sus abogados, Demirtas dice ser víctima “de un golpe civil por parte del gobierno y el palacio”.
Sus palabras “vamos a ganar seguramente”, que lanzó en turco cuando fue detenido, fueron muy compartidas en la red Twitter bajo el hasthtag #MutlakaKazanacagiz.
“Es un golpe de Estado contra el HDP, es un golpe de Estado contra el pluralismo, contra la diversidad, contra la igualdad”, declaró Garo Paylan, un diputado del HDP, durante una rueda de prensa en la sede del partido en Estambul.
Entre los diputados del HDP detenidos hay importantes figuras, como Idris Baluken, presidente del grupo parlamentario HDP, y Sirri Sureyya Onder, figura respetada de la causa kurda.
Uno de ellos, Ziya Pir, fue liberado bajo control judicial, informó la prensa turca.
“El HDP llama a la comunidad internacional a que reaccione contra este golpe del régimen [del presidente Recep Tayyip] Erdogan”, pidió el partido en su cuenta en Twitter.
– El ‘Obama kurdo’, rival de Erdogan –
Demirtas y Yüksekdag son investigados por sus presuntas relaciones con el PKK.
Según Anadolu, fueron detenidos por su rechazo a comparecer en las convocaciones judiciales.
Turquía está en estado de emergencia desde el intento de golpe de estado de julio.
Varios países europeos, así como ONG, acusan a las autoridades turcas de perseguir a los opositores y no sólo a los presuntos golpistas.
Unas 35.000 personas han sido detenidas y decenas de miles han sido cesadas o suspendidas en el marco de una inmensa purga que alcanza diferentes sectores de la administración pública.
El fin de semana pasado, los dos alcaldes de Diyarbakir fueron detenidos por “actividades terroristas” y una docena de medios prokurdos fueron cerrados por decreto.
Estas medidas agravaron la situación en el sudeste del país, ensangrentado por combates cotidianos entre el PKK y las fuerzas de seguridad desde la ruptura de una frágil tregua en el verano 2015.
El presidente Recep Tayyip Erdogan considera que el HDP está estrechamente relacionado con el PKK y no juzga que el partido, cuyos miembros califica de “terroristas”, sea un interlocutor legítimo.
En mayo, el parlamento turco levantó la inmunidad de los diputados buscados por la justicia, una medida muy criticada porque iba dirigida principalmente contra los líderes del HDP.
Demirtas, apodado el ‘Obama kurdo’ por su carisma, es considerado un posible rival de Erdogan.
Bajo su liderazgo, el HDP amplió su base electoral más allá de la comunidad kurda de Turquía (15 millones de personas) y se transformó en un partido moderno, abierto a las mujeres y a todas las minorías.
Desde el ingreso del HDP en el Parlamento, en junio de 2015, algo inédito que ayudó a privar al partido AKP en el poder de su mayoría absoluta, Erdogan ha multiplicado los ataques personales y las acusaciones de vínculos con el PKK contra Demirtas.
El HDP desmiente ser “el ala política” del PKK y acusa a Erdogan de querer instaurar un régimen dictatorial.