La campaña electoral estadounidense, jalonada de escándalos, es un regalo del cielo para la propaganda del régimen chino, cuyos medios de comunicación no se privan de denunciar los intríngulis del sistema democrático.
PUBLICIDAD
Los periodistas chinos han recibido consignas oficiales instándoles a escribir artículos negativos sobre la política estadounidense.
Justo antes de las primarias, el reportero de un importante medio público dijo a la AFP, pidiendo el anonimato, que tenía miedo de no hallar suficiente “materia” para denigrar el sistema.
Un temor que resultó infundado. Y es que incluso los defensores a ultranza de Estados Unidos coinciden en que el duelo entre Trump y Clinton ha sacado a la luz el lado más desagradable de la democracia.
“Los innumerables escándalos, rumores, teorías de la conspiración y obscenidades hacen que sea imposible mirar a otra parte”, escribió la semana pasada la agencia china en un comentario.
La página web del Diario del Pueblo, órgano del partido comunista en el poder, consideró que los debates entre los dos candidatos mostraban “claramente el declive” del sistema político de Estados Unidos.
“Poco importa quién gane, el recuerdo de estas elecciones presidenciales permanecerá”, escribió el jueves el Global Times, periódico de lengua inglesa con estrechos vínculos con el partido en el poder.
PUBLICIDAD
– Sistema ‘trucado’ –
Hace tiempo que Pekín ha convertido Estados Unidos en el blanco predilecto de su máquina de propaganda.
La retórica antioccidental se ha acentuado desde la llegada al poder del presidente Xi Jinping, a finales de 2012.
Pero la maquinaria propagandística estaba lejos de poder imaginarse que un candidato a las elecciones estadounidenses se lo fuese a poner tan fácil.
Los discursos de Donald Trump contra el sistema político “trucado” de Estados Unidos y contra los medios de comunicación, a los que tacha de parciales y corruptos, bien podrían haber salido de un editorial del Global Times, que arremetió el mes pasado contra la cobertura pro-Clinton de la prensa estadounidense.
“La subjetividad es un hecho desde hace tiempo en los medios de comunicación estadounidenses. Pero en las elecciones de este año salta a la vista”, escribía el diario.
Una supuesta parcialidad de los medios de comunicación estadounidenses que, según el Global Times, está en sintonía con los prejuicios de la prensa occidental respecto a China.
“Son inagotables con los disidentes pero ignoran los progresos de China en materia de derechos humanos”, según el diario.
– ¿Trump o Clinton? –
Los responsables de los servicios de propaganda chinos se ven confrontados de todos modos a “un difícil ejercicio de equilibrismo”, observa Jeremy Goldkorn, un especialista en la prensa china.
“Aunque uno de los candidatos es un clown, el ciudadano medio chino sabe que los estadounidenses pueden implicarse admirablemente en los asuntos de su país”, declaró a la AFP.
Entre los observadores chinos de las presidenciales estadounidenses, no hay consenso sobre cuál sería el candidato más conveniente para China una vez en la Casa Blanca.
Hillary Clinton, a la vista de su desempeño como secretaria de Estado, es crítica con los derechos humanos en el país.
Trump es un partidario de las medidas proteccionistas, potencialmente nefastas para la economía china.
“Para China, cada uno tiene sus ventajas y sus inconvenientes”, dice Xu Tiebing, experto de temas internacionales en la Universidad de la Comunicación de China, en Pekín.
Hillary Clinton es, según él, un “personaje político tradicional”, más previsible, mientras que “la forma de pensar de Donald Trump es más difícil de anticipar”.
A su entender, una cosa está clara: “Las elecciones presidenciales estadounidenses se han depreciado mucho”.