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Siete candidatos, que aspiran a representar a la derecha francesa en las elecciones presidenciales de 2017, se medirán este jueves en un segundo debate en el que el expresidente, Nicolas Sarkozy, intentará recuperar terreno a tres semanas de las primarias organizadas por el partido de Los Republicanos (LR).
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Las primarias del LR, que se celebrarán en dos vueltas, el 20 y 27 de noviembre, son muy importantes, ya que, según los sondeos, el vencedor se convertirá en mayo en el próximo presidente de Francia.
Los socialistas, tras cinco años del impopular gobierno de François Hollande, se prevé que queden fuera de juego en la primera vuelta.
El alcalde de Burdeos, Alain Juppé, de 71 años, que ostenta el título del político preferido de los franceses, encabeza las primarias de los conservadores con un 39% de intención de voto, 12 puntos por delante del expresidente Nicolas Sarkozy.
Los otros cinco candidatos están muy por detrás de los dos favoritos.
Juppé, un veterano de la política, que fue primer ministro hace veinte años, ha sabido seducir al electorado gracias a una campaña moderada y una imagen de unificador, apreciada por la derecha, el centro e incluso por una parte de la izquierda.
En cambio, Sarkozy, de 61 años, ha apostado por un discurso anclado en la derecha más dura para reconquistar el Palacio del Elíseo, que ocupó de 2007 a 2012, antes de que Hollande se lo arrebatase.
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En un país traumatizado por la sucesión de ataques yihadistas (238 muertos desde enero de 2015), el exmandatario ha centrado su campaña en la seguridad y la identidad, en un cortejo al electorado de extrema derecha.
Sin embargo, a pesar de las encuestas, las cartas no están echadas. La gran incógnita de estas primarias, abiertas a todo ciudadano con derecho a voto y no solo a los militantes, es saber quién irá a votar.
Según una encuesta, el 7% de los electores de la izquierda acudirá a las urnas, sobre todo para evitar que Sarkozy regrese al poder.
Pero el expresidente puede contar con el núcleo duro de su partido y sigue siendo el candidato favorito para una parte del electorado de extrema derecha.
– “Barrera” contra el Frente Nacional –
El miércoles, la víspera del debate, Sarkozy afirmó ser la mejor opción entre los candidatos de las primarias para evitar que los votantes de la derecha pasen “a engrosar las filas” del ultraderechista Frente Nacional.
“En todos los países donde la derecha no ha asumido sus ideas, donde ha habido una gran coalición, se ha traducido en una catástrofe”, declaró, citando como ejemplo a Austria, donde el candidato de extrema derecha tiene muchas probabilidades de triunfar en las presidenciales de diciembre.
Fortalecida por el rechazo a los partidos tradicionales, la líder del ultraderechista Frente Nacional, Marine Le Pen, tiene su pase asegurado a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de mayo, según todos los sondeos.
Se enfrentaría, en ese caso, al candidato de derechas en la segunda ronda tras la probable derrota en la primera vuelta de los socialistas.
François Hollande, el presidente más impopular en 60 años, aún no ha anunciado si se presenta a un segundo mandato. Solo un 12% de los franceses quiere que se postule en 2017.
“Muchos lo consideran ya muerto y enterrado”, escribió el semanario satírico Le Canard Enchaîné, en referencia a un artículo reciente del New York Times que tildó a Hollande de “muerto viviente” de la política.
Pero el rotativo Le Parisien estimó que el diario neoyorquino “parece ignorar el adagio francés de que en política nunca estás realmente muerto”.