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“Es un gran honor ser el nominado republicano a la presidencia de Estados Unidos. Trabajaré fuerte y nunca los defraudaré. América primero”, publicó de inmediato el empresario neoyorquino en su cuenta de Twitter.
Donald Trump Jr. tuvo a su cargo la responsabilidad de anunciar en el micrófono que los delegados del estado de Nueva York otorgaban el voto a su padre, Donald Trump, como el nominado republicano a la presidencia de Estados Unidos. Fue así como el empresario neoyorquino superó la cantidad de mil 237 votos de delegados necesarios para alzarse con la candidatura que ya oficialmente está en sus manos.
Un eufórico Quicken Loans Arena no paró de aplaudir y gritar, mientras las pantallas anunciaban que Trump había superado el número requerido y de fondo sonaba la melodía de “New York, New York” de Frank Sinatra. Ni siquiera fue necesario que emitieran su voto los 50 estados y territorios, aunque como parte del reglamento, cada delegación continuó con el proceso protocolario.
El líder republicano y presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Paul Ryan, anunció oficialmente la nominación, al tiempo que se confirmó la candidatura del gobernador de Indiana, Mike Pence, como vicepresidente republicano. En el pleno, los 4 mil 132 delegados bailaban al ritmo de una banda que alimentaba la euforia.
A tres meses y medio de la elección presencial en noviembre, el liderato republicano parece enfocarse ahora —de acuerdo a los discursos que pernean la convención– en limpiar la imagen del empresario, que durante su campaña se ha caracterizado por un retórica agresiva contra los inmigrantes ilegales, latinos y comunidades de minoría.
“Es lo que se esperaba realmente, a pesar de lo que pasó el lunes del movimiento anti-Trump que trató de forzar un voto sobre la reglas para liberar los delegados, llegaron a la convención como una minoría y la mayoría de los delgados está a favor de Trump y se esperaba que lograra la nominación”, apuntó Alfonso Aguilar, presidente del Latino Partnership for Conservative Principles.
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De hecho, tanto Aguilar como otros 13 líderes latinos de los Estados Unidos, endosaron el pasado lunes la candidatura de Trump a la presidencia. Esto a pesar de que durante la campaña habían anunciado que no votarían por él debido a su retórica sobre los latinos y algunas posturas respecto a la inmigración. Sin embargo, tanto él como los demás líderes, reconsideraron su posición luego de que el presidente Barack Obama fracasara en la lucha contra el terrorismo, de acuerdo con Aguilar.
“Obama se rehusa a reconocer que hay problemas con el fundamentalismo islámico y no lo ha incorporado a las políticas en contra del terrorismo. Él no ha sido sugestivo en promover la lucha contra el terrorismo y lo que hemos visto es que, al Estados Unidos retirarse del escenario internacional, los grupos terroristas han avanzado”, afirmó Aguilar.
No obstante, reconoció que Trump tiene mucho trabajo que hacer para conseguir el apoyo de la comunidad latina en los Estados Unidos, pero confía en que Trump cambie su retórica y tenga un acercamiento agresivo hacia la comunidad.
“Creo que hay muchos latinos que van a apoyar su candidatura. No creo que obtenga el 40 por ciento del voto de los latinos para lograr la Casa Blanca, pero Trump está trayendo al proceso electoral personas que no habían participado antes. Así que si se abre y apoya algún tipo de legalización de los indocumentados, será suficientemente competitivo para llegar al 30 o 35 por ciento de los votos latinos”, explicó el también exjefe de la oficina de ciudadanía de los Estados Unidos bajo la administración de George W. Bush.
Para ganar la elección en noviembre, Trump necesita asegurar estados clave como Ohio, Pennsylvania, Nevada, Virginia, Colorado y Florida, donde hay una gran cantidad de latinos con poder decisivo.