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Cada día mueren en promedio siete bebés recién nacidos en Venezuela, como resultado de cortes eléctricos y la grave crisis que ha afectado al país durante los últimos años, informa el periódico estadounidense “The New York Times”. Los menores requieren cuidados especiales en hospitales, los que son -en ocasiones- imposibles de obtener.
“La muerte de bebés es nuestro pan de cada día”, cuenta la doctora Osleidy Camejo, cirujana originaria de Caracas, quien habló sobre la manera en que los hospitales están colapsando en el país. Cada día llegan a morir hasta siete bebés, por ejemplo, por problemas respiratorios ya que en vez de tener respiradores, los médicos deben reanimar los pulmones de los menores con sus propias manos.
Entre algunos graves problemas de los centros de salud se encuentran: falta de medicamentos, de equipo médico, de comida y ahora, de electricidad, esto por el racionamiento de la energía eléctrica ordenada por el gobierno de Nicolás Maduro.
Entre las principales causas del origen de la crisis venezolana, se encuentra la drástica caída de los precios del petróleo, algo que ha sido definido como guerra económica por el propio presidente Nicolás Maduro.
Venezuela tiene una de las reservas petroleras más grandes del mundo, lo que lo convierte en la principal fuente de ingresos del país.
Otra causa es la crisis política del país. No existe un acuerdo entre la presidencia chavista de Nicolás Maduro y la Asamblea Nacional Bolivariana, el congreso local liderado por la oposición.
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A todo esto se suma la escasez de productos básicos, como medicinas y alimentos. Muchos de ellos están en manos del crimen organizado, quienes lo venden a precios más elevados en el mercado negro.
Aquellas personas que no alcanzaron a comprar el día que les corresponde de acuerdo al número de su identificación, tendrán que recurrir a los “bachaqueros”, revendedores que elevarán el precio.
A pesar del hermetismo que existe en el país sudamericano, poco a poco surgen noticias del país gobernado por Nicolás Maduro. Existen regiones en las que los habitantes cazan gatos, perros y pichones con el objetivo de poder comer algo.
