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El 22 de julio de 201, el noruego Anders Behring Breivik, dejó al menos 69 personas muertas en un campamento estudiantil en la isla de Utoya, ubicada al sur de Noruega.
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Breivik fue capturado pocas horas después de detonar los explosivos que causaron la masacre. En 2012 fue sentenciado a 21 años de cárcel.
Pero ahora este criminal está denunciando a su país por “violación de derechos humanos”. Esto, debido a que las autoridades lo mantuvieron retenido en una celda de aislamiento.
La denuncia la hizo este martes ante un tribunal instalado en el gimnasio de la prisión de Skien, en la que Breivik cumple condena.
El prisionero no desaprovechó la oportunidad para mostrarse desafiante ante las autoridades, por lo que realizó un saludo nazi ante aquellos a cargo del juicio.
Breivik argumenta que está siendo víctima de un trato inhumano y el Estado sostiene que es tratado adecuadamente, ya que implantaron esa medida con él para evitar que siga construyendo una “red extremista”.
La audiencia está prevista para el viernes. En caso de que la corte halle que las condiciones en la prisión son dañinas para él, podría ordenar que se hagan flexibles.