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Manejar bajo los efectos del alcohol puede ocasionar alguna tragedia y, además, afectar a terceras personas.
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En el condado de San Bernalillo, ubicado en Albuquerque, Nuevo México, un par de policías detuvieron a un hombre que manejaba en estado de ebridad. Pero su sorpresa fue que, al revisar el automóvil, encontraron a sus tres hijos.
Los menores de cinco años de edad, tres años, que se encontraban junto al más pequeño de dos meses, dijeron a las autoridades que llevaban varias horas sin comer.
Como buenos ciudadanos, los policías García y Rodríguez no dudaron en prepararle el biberón al más pequeño.
Calentaron la leche con ayuda de la calefacción de su patrulla y uno de los oficiales le dio de comer al bebé mientras lo cargaba entre sus brazos.
García y Rodríguez han recibido una gran cantidad de mensajes reconociendo su labor y su preocupación para alimentar al menor de los hermanos. “Buen trabajo”, “son asombrosos” y “ustedes hacen que mi corazón sonría”, son algunos de los comentarios en Facebook.