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Una de las sorpresas durante la carrera de los aspirantes a la presidencia de Estados Unidos es el éxito que ha conseguido el precandidato del Partido Republicano, Donald Trump.
Sin embargo, el hecho podría no ser tan sorpresivo si se toma en cuenta el factor miedo y la paranoia que sirvieron a distintos políticos para lograr el éxito de sus campañas.
De acuerdo con el analista mexicano Alejandro Pedraza, coordinador del Centro de Relaciones Internacionales, Trump ha tenido éxito debido a que sabe expresar los miedos económicos y culturales de los estadounidenses. Apoyado de su credibilidad por ser un empresario.
¿Qué tanto sirve estos factores a la candidatura de Donald Trump?
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– Le sirve bastante. En general todos los precandidatos republicanos han estado explotando el miedo económico y cultural.
Por un lado, el miedo a que Estados Unidos deje de ser un país predominantemente de blancos, el miedo a que las minorías prosperen más que los blancos. Asimismo, las políticas de migración más abiertas propuestas por los demócratas han sido otro flanco para la campaña de Trump: el miedo a la entrada de musulmanes y latinos al país.
A pesar de que todos lo precandidatos republicanos los usan, no lo hacen de la misma manera que Donald Trump, pues él tiene un plus de credibilidad por ser empresario, lo que ha permitido que su retórica sea más xenófoba.
¿Además de Trump que candidato hizo uso del miedo y la paranoia para el éxito?
– Lo que hace Donald Trump ha sido recurrente en los candidatos republicanos. En años pasados para su reelección George Bush se basó en la lucha contra el terrorismo.
Antes estuvo Ronald Reagan, quien disparo dos paranoias importantes: la guerra fría y el factor de que Estados Unidos necesitaba liberar más su economía.
Por su parte, Richard Nixon utilizó el factor miedo apoyado de la extracción comunista y la Unión Soviética.
Con el uso de esta retórica, ¿Trump podría lograr a ser candidato?
– Tiene una alta posibilidad de que sí. Aunque más que ganar votos para sí mismo, Trump está recolectando adherentes de la ultraderecha estadounidense, que puedan sentirse indentificados con su discuros, para el Partido Republicano.
