El chico se hacía traer comida rápida en helicóptero. Foto: vía Facebook/Sebastián Marroquín
También habían piñatas donde se repartían miles de dólares. Foto: vía Facebook/Sebastián Marroquín
Pero no todo fue color de rosa para Juan Pablo, quien sabía lo que hizo su padre. Foto: vía Facebook/Sebastián Marroquín
Aprendió duramente el valor del dinero y lo que representaba en realidad la actividad de su padre, cuando al verse rodeados de dólares no podían comprar comida y tuvieron que quemarlos. Foto: vía Facebook/Sebastián Marroquín
Eso, mientras se escondían. Escobar llegó a vendarles los ojos a los miembros de su familia para que nunca supieran dónde estaban. Foto: vía Facebook/Sebastián Marroquín
Asimismo, su padre le impulsó a nunca seguir su ejemplo. Juan Pablo narra que tiene miles de cartas donde este le aconseja ser un buen ciudadano. Foto: vía Facebook/Sebastián Marroquín
Le ordenó jamás probar las drogas. Foto: vía Facebook/Sebastián Marroquín
De hecho, Escobar amenazó a sus empleados: morirían si les veía fumar frente a él. Foto: vía Facebook/Sebastián Marroquín
Juan Pablo también cuenta que su padre hacía muchas obras de caridad. Foto: vía Facebook/Sebastián Marroquín
Esto contrastaba con su vida de violencia. Él y su madre le pidieron parar. Foto: vía Facebook/Sebastián Marroquín
Pero para Escobar no hubo punto de retorno: ya estaba embarcado en una larga y sangrienta guerra con el estado colombiano. Foto: vía Facebook/Sebastián Marroquín
De hecho, acá explica que no justifica los crímenes de su padre. Foto: vía Facebook/Sebastián Marroquín
“He aprendido que de los negocios ilícitos solo viene la destrucción”, afirma Juan Pablo, quien se reconcilió con los hijos de los políticos asesinados por su padre en 2007. Foto: vía Facebook/Sebastián Marroquín
Es pacifista y ahora da conferencias sobre lo que hizo su padre. Foto: vía Facebook/Sebastián Marroquín
Aún así, es admirado en Facebook. Foto: vía Facebook/Sebastián Marroquín
Sebastián Marroquín tuvo que dejar de ser Juan Pablo Escobar luego de estar cercado por su pasado familiar: ser hijo de Pablo Escobar lo persiguió incluso cuando se fue de Colombia, acuciado por los rivales de su padre y se exilió en Argentina. Pero luego afrontó ese pasado y decidió llevar un mensaje de paz.
Aquí se le puede ver reunido con la Comisión de Justicia en México, hablando sobre la prohibición de las drogas y el legado de su padre.
De ahí en adelante, procuró no volver a esconderse y a tratar de cambiar el legado de su padre. Para eso fundó la línea de ropa Escobar Henao, que vende camisetas y jeans. Y también escribió el libro “Pablo Escobar, mi Padre”, con el que ahora recorre todo el mundo, explicando por qué su progenitor no es un ejemplo a seguir.
Ahora, en una entrevista con el periódico británico “The Independent“, Juan Pablo cuenta cómo se dio cuenta de que el camino tomado por su padre era destructivo: “Pude haber sido un Pablo Escobar 2.0, pero preferí ser decorador”, afirmó.
En la misma entrevista contó cómo el tráfico de drogas destruyó a su familia. En la galería verán más detalles de lo vivido por él al lado de su padre y cómo lo ve hoy el mundo gracias a él.
Para leer la información desde un smartphone o tablet, seleccionen “ampliar galería” y luego “mostrar texto”.