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Después de haber sido declarado el martes como persona “non grata” en Venezuela, el expresidente español Felipe González, espera que ese no sea un motivo del gobierno de Nicolás Maduro para impedir su llegada al país, prevista en mayo.
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El mandatario afirma que sigue adelante con su compromisos como asesor técnico a la defensa de los preso políticos, Antonio Ledezma y Leopoldo López.
Sin embargo, González negó que su futura presencia en Venezuela pueda considerarse como una injerencia en la política interna del país.
“Yo espero que la tensión con España no vaya a más y que no haya más descalificaciones. Si el Ejecutivo venezolano decide no permitirme la entrada estaría violando mis derechos de recorrer ese país. Pero no quiero provocar un escándalo, ni haré un espectáculo en la frontera si me lo impiden” , reseñó el periódico español El País.