http://t.co/416Ai5gYDO Protest tomorrow at Hong Kong gov't HQ and police HQ, noon in Wanchai. @HK_Magazine @HKCLU pic.twitter.com/ukUbAStxsM
— HK Helpers Campaign (@hkhelpers) January 18, 2014
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RT@joannachiu: At hospital now with Erwiana whose parents stay at her bedside all day. pic.twitter.com/Lt7p2GZOIR
— HK Helpers Campaign (@hkhelpers) January 20, 2014
Esta historia comienza con una joven de nombre Erwiana Sulistyaningsih, quien vivía en Indonesia junto a sus padres. Al llegar a sus 23 años decidió ponerse a trabajar para ayudar económicamente a su familia. Así se postuló en una bolsa de empleadas domesticas que trabajan para lujosos castillos de Hong Kong.
La señora Law Wan-Tung, quien vivía en un chalet de la ciudad junto a sus dos hijos adolescentes, le ofreció la oportunidad de trabajar a cambio de 400 euros al mes. Debido a la antigua ley que rige el trabajo de estas jóvenes mucamas, Erwiana se vio obligada a mudarse a su lugar de trabajo.
Con el tiempo, la dueña de la casa confiscó el pasaporte de Erwiana y decidió que no le pagaría por limpiar y cocinar durante jornadas de 18 a 20 horas.
Un día, la “ama” de Erwiana la golpeó mientras dormía, la obligó a dormir en el suelo, a comer solamente dos platos de arroz con pan y medio litro de agua al día.
Ante estas injusticias, Erwiana intentó escapar, pero la señora Law Wan-Tung la atacó rompiendo su nariz y varios dientes a puñetazos, además de empujarla cada día por las escaleras, entre otras torturas que nunca fueron atendidas por un médico.
Cuando la salud de la joven comenzó a empeorar, la señora la mandó de regreso a Indonesia con la amenaza de que no debía decir nada o su familia sufriría las consecuencias. Sin embargo, Erwiana acudió a un hospital y, luego de recuperarse, denunció a su antigua jefa.
Tras varios meses de protestas y campañas para castigar a la señora Law Wan-Tung, el pasado 27 de febrero, la corte le dictó seis años de cárcel por los daños que le ocasionó a su empleada, según los informes del diario El Mundo,