VIDEO. El drama de las niñas esposas de Nepal

Aisladas del mundo moderno, las niñas de los pueblos más pobres y remotos del Himalaya siguen siendo víctimas del secuestro y matrimonio forzoso, víctimas de un círculo vicioso difícil de romper.


  Susmita Kami   tenía 13 años cuando huyó de la casa de su marido. Estaba desesperada por regresar a la escuela.

Al igual que muchas jóvenes en esta zona remota de Nepal, Kami había sido secuestrada y obligada a casarse.

“Había ido al bosque a buscar leña y me secuestraron. Sentía mucha falta de ir a la escuela así que me escapé y regresé a casa de mis padres para estudiar”, cuenta Kami.

Nepal prohibió el matrimonio infantil hace 51 años. Pero UNICEF estima que cuatro de cada 10 niñas en el país se casan antes de cumplir los 18 años.

La mayoría de las víctimas pertenece a los dalit, los llamados “intocables”, una comunidad pobre y segregada que ocupa el escalafón más bajo del sistema de castas hindú de Nepal.

“Hay muchos motivos detrás de la alta tasa de matrimonio infantil entre los dalits. Las principales razones son la pobreza, la falta de educación y la discriminación por parte de otras comunidades. Todavía siguen sus antiguas costumbres, no han cambiado al igual que otras comunidades”, señala Kunga Sanduk Lama, oficial de los derechos del niño.

Encuestas muestran que tres de cada cuatro dalits se casan durante la adolescencia o antes.

Dana Sunar amaba la escuela y soñaba con ser una maestra. Pero fue secuestrada a los 14 años y obligada a casarse con un agricultor.

“El casamiento ha consumido mi vida. No he podido leer, escribir y terminar mi educación. Toda mi vida será desperdiciada en el trabajo agrícola”, cuenta Sunar.

Activistas dicen que el sistema legal ha hecho poco por acabar con esta práctica. Ellos, en cambio, buscan concientizar a la población con obras de teatro callejeras, programas de radio y programas para después de la escuela.

Chicas como Susmita tienen claro que eso no es lo que querían para sus vidas.

“Creo que el matrimonio infantil es una cosa terrible, nadie debería casarse a una edad tan joven”, señala Kami.

Pero con un ingreso familiar mensual de 80 dólares, la educación es un lujo que jóvenes como ella no se pueden dar. Una señal de que la lucha para lograr cambios en esta comunidad pobre y discriminada recién comienza.

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