Miles marchan en Washington en contra de la violencia policial

Se prevé que esta acción sea la que más público congregue desde las primeras acciones de protesta, iniciadas tras la muerte de Brown en la localidad de Ferguson.

Miles de personas manifestaban este sábado en Washington en demanda de justicia para los cinco afroestadounidenses muertos por policías blancos, sumándose a otras marchas de protesta similares realizadas en las últimas semanas a lo largo de todo el país. 

 

Las familias de Michael Brown y Eric Garner eran esperadas en la manifestación, que se lleva a cabo en el corazón de la capital federal bajo el lema de “Marcha por Justicia para Todos” y organizada por Al Sharpton, figura de los movimientos por los derechos civiles en Estados Unidos.

La decisión de un gran jurado de no emprender acciones penales contra Darren Wilson, el policía blanco que baleó a Brown, que estaba desarmado, fue seguida por otra similar en Nueva York, que dejó sin castigo al agente que mató a Garner, un vendedor ilegal de cigarrillos y padre de seis niños. 

Las muertes de Brown y Garner, y la de Tamir Rice, un niño de 12 años que estaba manipulando una pistola de juguete cuando fue baleado por otro policía blanco en Cleveland (Ohio, noreste), desataron una ola de protestas en todo el país contra los métodos de las fuerzas del orden y el racismo imperante en sus filas, según los manifestantes.

También las familias de Rice y de Trevor Martin, un adolescente negro muerto por un vigilante en 2012 en el estado de Florida, participarían en la marcha.

Encabezando la manifestación, en la Freedom Plaza (Plaza de la Libertad), a escasa distancia de la Casa Blanca, miles de personas gritaban “Si no hay justicia no hay paz”, la principal consigna de estas movilizaciones.

“Estoy aquí para marchar no sólo por Eric Garner sino por vuestras hijas, vuestros hijos, vuestras sobrinas, vuestros sobrinos, todas vuestras familias”, dijo Esaw, la viuda de Garner dirigiéndose a la multitud, compuesta por blancos y negros, en buena parte jóvenes. 

Muchos coreaban consignas contra la “policía racista” y sostenían pancartas con leyendas como “La vida de los negros cuenta” o “No puedo respirar”, las últimas palabras pronunciadas por Garner, que murió asfixiado por un policía.

 

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