La campaña de desobediencia civil en curso desde hace semanas en la ex colonia británica se intensificó de forma espectacular este fin de semana, y se ha convertido en el episodio de violencia urbana más grave desde que el territorio fue devuelto a China en 1997.
Hasta altas horas de la noche del domingo, la policía lanzó numerosas salvas de gases lacrimógenos (87 en nueve puntos diferentes, según precisó) y gas pimienta para dispersar a los manifestantes, dando lugar a escenas de caos en las calles muy inusuales en Hong Kong.
En un aparente gesto de apaciguamiento, el gobierno local anunció la retirada de la policía antidisturbios, y pidió a cambio a los manifestantes “que liberen las calles ocupadas lo antes posible, para dejar paso a los vehículos de emergencia y restablecer los servicios de transporte público”. – AFP