Vladímir Putin, presidente de Rusia, les pidió a los rebeldes prorrusos que detengan su avance militar en el este de Ucrania.
Las medidas son parte de un plan de siete puntos para un alto al fuego que propuso Putin durante una visita a Mongolia.
El plan implica que ambos bandos detengan sus “operaciones ofensivas”, que las tropas ucranianas se retiren a una distancia desde donde no puedan bombardear ciudades, un monitoreo internacional del alto al fuego, la no utilización de aviones militares contra civiles pacíficos, un intercambio de prisioneros, un corredor humanitario para refugiados, entrega de ayuda y la reconstrucción de la infraestructura dañada.
“Me parece que nuestras posturas sobre la manera de resolver el conflicto están muy cerca”, dijo Putin en referencia a su homólogo ucraniano, Petro Poroshenko, con quien había conversado telefónicamente.
El mandatario ucraniano le dio la bienvenida a la disponibilidad de Moscú de contribuir en la pacificación de la crisis en esa nación.