Pastor Alex López

Una lección espiritual del primer autogol del Mundial 2014

Alex López, Pastor Asociado Fraternidad Cristiana de Guatemala  www.alexlopez.org Alex López, Pastor Asociado
Fraternidad Cristiana de Guatemala
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Increíble… el primer gol del Mundial 2014 fue un autogol. Marcelo, del equipo de Brasil, anotó un autogol en el partido contra Croacia. Entré a Twitter y dentro de los tuits destacados estaba uno que 30 minutos después de haber sido publicado tenía 521 retuits y 207 personas lo habían marcado como favorito. El tuit decía: “Marcelo está condenado de por vida por ese autogol”. Y es que el hombre ama por obras. Quien juega bien tiene el aprecio, quien juega mal, tiene el desprecio.

¿Qué hubiera pasado si Marcelo, además de anotar el autogol, hubiera marcado el empate? Marcelo sería odiado por el primer gol y luego súbitamente después del segundo gol pasaría de ser odiado a ser amado. Y es que el hombre ama por las obras. No hay nada que Marcelo pueda hacer por su pasado. De por vida estará marcado por ese primer no gol, sino autogol en el Mundial Brasil 2014.

No hay nada que nosotros podamos hacer por nuestro pasado. Todo error del pasado ya es un hecho. No se puede regresar el tiempo, no se puede cambiar el momento; ya es historia.

Quien expresó palabras hirientes no puede regresarlas. Quien perdió la virginidad no puede recuperarla. Quien atropelló y mató a otro bajo los efectos del alcohol, no puede resucitar al atropellado. Quien recibió soborno no puede devolver el dinero y asunto arreglado. Quien anotó un autogol no puede, ni echando 20 goles en el mismo mundial, borrar ni enmendar su error. Quien cometió un error no tiene escapatoria, está condenado. Lo bueno es que en la vida espiritual no es así. Dios es especialista en borrar pasados para que podamos escribir nuevos futuros. Dios es especialista en borrar autogoles, para que podamos levantarnos y anotar goles.

Un día, con tal de probarlo, le llevaron a Jesús a una mujer adúltera encontrada en el mismo acto de adulterio. La ley de los judíos establecía que ambos adúlteros debían morir apedreados. Entonces le preguntaron a Jesús: ¿Con base en lo que enseña la ley, qué debemos hacer con ella? Si Jesús decía que cumplieran con la ley y la mataran a pedradas, quebrantaría la ley de los romanos quienes los habían conquistado y pagarían las consecuencias. Si decía que la dejaran libre, estaría quebrantando la ley de Dios claramente establecida en el Antiguo Testamento. ¿Qué hacer? Jesús dijo: “El que esté libre de pecado que tire la primera piedra”. Todos se retiraron uno a uno. ¿Dónde están los que te condenan? le preguntó. Ella afirmó que se habían ido. Jesús le dijo: “Ni yo te condeno. Vete y no vuelvas a pecar”.

Dios es un Dios justo. Nadie se molesta cuando un juez dicta una sentencia justa. No expresan: “Qué malo ese juez, lo sentenció a 40 años de cárcel”. Por el contrario, se ponen felices. Es la justicia de Dios la que condenará a todo pecador. Pero Dios envió a Jesús no para condenarnos sino para salvarnos. Si nos arrepentimos de nuestros pecados él nos perdona y nos dice: “Vete y no vuelvas a pecar”. Jesús murió en nuestro lugar en la cruz, el justo por los injustos, y con su sacrificio pagó la condena por nuestros pecados.

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