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El próximo 18 de junio Felipe y Letizia se convertirán en reyes de España y su hija Leonor, de ocho años, en princesa de Asturias y heredera al trono. La sucesión al trono provocará muchos otros cambios.
Las hasta ahora infantas Elena y Cristina, hermanas de Felipe, aunque seguirán siendo duquesa de Lugo y duquesa de Palma respectivamente, perderán su título de infantas, su asignación anual y sus privilegios porque dejarán de ser Familia Real (que incluirá sólo al rey Felipe, su esposa Letizia, a sus hijas Leonor y Sofía, y a sus padres Juan Carlos y Sofía) para ser familia del rey.
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Sin embargo, seguramente a la que más le afectará la renuncia del rey es la infanta Cristina. Su marido, Iñaki Urdangarin, está imputado en el “caso Nóos” una trama de corrupción en la que se le acusa de los delitos de prevaricación, blanqueo de capitales, malversación, falsedad y dos de fraude fiscal por más de 20 millones de euros por haberse apropiado de fondos de organismos públicos y privados aprovechándose de su condición del yerno del rey.
Delitos por los que se podría enfrentar a una pena de 17 años de cárcel. Y ella en los próximos días también podría ser imputada al colaborar con su marido.
El miércoles el juez instructor del caso, José Castro, aseguró que la abdicación del rey no afectará “en absoluto” al final de la instrucción de la causa que está a punto de producirse.
Agencias