La salud y el desgaste social, razones de la abdicación del Rey de España

Foto: Agencias

El rey de España y el gobierno afirman que el monarca se preparaba desde hace meses a esta abdicación, pero algunos expertos consideran que su estado de salud podría haber precipitado la decisión.

Yo en muchas ocasiones he dicho que el rey no tenía ninguna ganas de abdicar pero si se encontraba en circunstancias en las que él no se vea con condiciones (físicas), abdicaría. Creo que estamos en esa situación”, afirmó el escritor José Apezarena, autor de varias biografías de la familia real.

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Pero para otros, su salud es solo un motivo entre otros. Ha sido también determinante el desgaste de la imagen del rey debido a varios escándalos, como la partida de caza de elefantes en Botswana en 2012 o el caso de corrupción en el que su hija menor Cristina y su esposo Iñaki Urdangarin están inculpados.

Felipe representa más que un sucesor

Icono de la transición democrática tras la dictadura franquista (1939-1975), el rey ha visto su popularidad caer al 41%, según un sondeo publicado en enero. Su hijo, sin embargo, que habla varios idiomas y ha sido preparado desde pequeño a la sucesión, goza de una imagen positiva para el 66% de los españoles, que aprecian a este hombre de buen porte, alto -mide 1,98 metro- y de sonrisa, seria y benévola a la vez.

Felipe “no va a tener el lastre de tener un yerno corrupto como lo tiene el rey. No va a tener todos los errores que ha cometido el rey como la caza en Boswana y las amigas que ha tenido”, apuntó César de la Lama, autor de la primer biografía autorizada del rey.

Además, “las últimas elecciones europeas indican que vienen nuevos tiempos políticos. Asistimos a un cambio de etapa histórica”. En este contexto, “el príncipe Felipe es una garantía. Representa el cambio generacional”, subrayó Abel Hernández Domínguez.

Sin embargo, Felipe llega en un momento complicado, en un país estrangulado por la crisis, donde las instituciones están debilitadas por la pérdida de confianza hacia los partidos tradicionales y el auge de los separatismos en Cataluña y en el País Vasco.

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AFP

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