FOTOS. Letizia, la plebeya que será reina de España

La abdicación del rey Juan Carlos dará paso al trono a su hijo, el príncipe de Asturias, cuya esposa Letizia Ortiz, se convertirá en reina de España.

Hace poco más de diez años, Letizia Ortiz sólo era conocida por presentar las noticias en la cadena pública después de estudiar periodismo en la Universidad Complutense de Madrid. Procedente de una familia asturiana y divorciada tras una relación anterior, la princesa tenía referentes profesionales en su padre y su abuela, ambos periodistas radiofónicos.

En TVE, y después de pasar por varios medios de comunicación, Letizia tuvo que informar sobre importantes acontecimientos, como los atentados del 11-S o el hundimiento del Prestige.

En este contexto, en medio de un ascenso profesional, conoció al príncipe Felipe en una cena de amigos. Letizia había ganado el premio Mariano José de Larra de la APM como mejor labor periodística de menos de 30 años, y así como el príncipe, también ella tuvo que evaluar los pros y los contras de volcarse con la Corona.

La noticia del noviazgo del príncipe y Letizia tomó por sorpresa al país a principios de noviembre de 2003. La relación había sido minuciosamente ocultada por ambos, y poco después del anuncio de la Casa del Rey, tuvo lugar la pedida de mano.

La boda se celebró en la catedral de La Almudena el 22 de mayo de 2004 en medio de un gran chaparrón y ante representantes de las principales casas reales de Europa.

La línea de sucesión al trono se aseguró con la llegada de la primera hija de Felipe y Letizia. La infanta Leonor nació el 31 de octubre de 2005 y, una vez que su padre sea coronado rey, pasará a ser la heredera de la Corona.

Diez años de preparación para ser reina

A partir de ese momento, doña Letizia se convirtió en su Alteza Real la Princesa de Asturias, y desde entonces tuvo que formarse en el protocolo y sus nuevas obligaciones para convertirse en reina de España.

Cada vez ha asumido más protagonismo y ha logrado consolidar un espacio propio de trabajo, con actividades en favor de la infancia y la juventud, la educación, la lucha contra las enfermedades penosas y la investigación científica.

Todo ello, sin descuidar los numerosos viajes oficiales y actos públicos compartidos con el príncipe, y siempre pendiente de la educación y la protección de sus hijas, las infantas Leonor y Sofía.

Una de las mayores preocupaciones de la princesa de Asturias ha sido mantener, sin descuidar sus obligaciones institucionales, una vida privada lo más normal posible, junto a su marido, sus hijas y su entorno de familia y amigos.

En estos últimos años de creciente actividad de los príncipes como consecuencia de las intervenciones quirúrgicas a que se ha sometido el rey, su presencia se ha convertido en habitual, mientras otros miembros de la familia, como la infanta Cristina, dejaban de estar en la agenda de actos de la casa Real. Todo en un contexto en el que ha sido visible el distanciamiento público de los príncipes con la infanta y su esposo, Iñaki Urdangarin, sometidos a investigación judicial por el ‘caso Nóos’.

EFE

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