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Las autoridades mexicanas empezaron a entregar uniformes azules y rifles de asalto a milicianos del conflictivo estado de Michoacán con el fin de legalizar este movimiento formado el año pasado para combatir el narcotráfico, en concreto al jefe de los Caballeros Templarios, Servando Gómez, alias “la Tuta”.
“No vamos andar de ilegales”, declaró después de ponerse su uniforme Estanislao Beltrán, un hombre de larga barba blanca apodado “Papá Pitufo” y portavoz de las autodefensas. Con esto “somos parte del gobierno”, añadió.
Unos cien nuevos policías rurales cantaron el himno nacional en una ceremonia de toma de juramento. El gobierno informó más tarde en un comunicado de prensa que asistieron 450 personas.
Alcance
“Tienen la responsabilidad de defender a sus hermanos, a sus familias, a sus vecinos y a todo aquel que puede ser agraviado por la delincuencia común y organizada”. Alfredo Castillo, comisionado especial para la seguridad en Michoacán.
Agencias
