Iraquíes desafiaron la violencia para acudir a las urnas

Las elecciones se desarrollaron bajo un imponente dispositivo de seguridad...

BAGDAD. Los iraquíes desafiaron este miércoles la violencia para participar en las primeras elecciones legislativas desde la retirada de las tropas de Estados Unidos, con el primer ministro saliente, Nuri al Maliki, convencido de su victoria.

Las elecciones se desarrollaron bajo un imponente dispositivo de seguridad que, sin embargo, no logró impedir una cincuentena de atentados que dejaron un mínimo de 14 muertos y 36 heridos.

A media jornada el 40% de los electores había acudido a las urnas, según una fuente diplomática, aunque las estimaciones oficiales no estaban aún disponibles tras el cierre de los colegios electorales.

Unos 20 millones de electores estaban convocados a las urnas para elegir a 328 diputados entre 9.000 candidatos.

Los resultados podrían tardar varias semanas en ser anunciados.

Se trata de las primeras elecciones celebradas en Irak desde la retirada de las tropas de Estados Unidos en 2011.

Maliki, que aspira a un tercer mandato de primer ministro, votó a primera hora de la mañana en el hotel Rachid, en el corazón de la “zona verde” de Bagdad, un sector fortificado que alberga, entre otros, el parlamento iraquí y la embajada de Estados Unidos.

“Estoy seguro de la victoria. La cuestión es saber cuán amplia será”, declaró Al Maliki, que exhortó a los iraquíes a votar masivamente.

El jefe de la diplomacia estadounidense, John Kerry, felicitó a los millones de iraquíes que “votaron con valentía” y de forma “heroica” frente a “los extremistas violentos que intentaron sabotear el progreso de la democracia”.

Al frente del gobierno desde 2006, Maliki es el gran favorito a pesar de un balance muy criticado y de la violencia que se cobra en promedio 25 vidas diarias. En lo que va del año, más de 3.000 personas murieron víctimas de esa espiral de violencia étnica y religiosa.

En su primer mandato, entre 2006 y 2010, Maliki logró una disminución de la violencia, pero durante su segundo período de gobierno volvió a aumentar.

Además, los iraquíes sufren del desempleo, de la corrupción y del mal funcionamiento de los servicios públicos.

– Asesinatos y atentados-

Cerca de un centro electoral en Kirkuk, norte del país, una bomba mató a dos mujeres, y dos empleados de la comisión electoral fueron asesinados.

En otro ataque, al norte de Bagdad, los insurgentes destrozaron con explosivos un colegio electoral tras obligar a los votantes y personal a abandonarlo.

Las tensiones entre chiitas y sunitas son profundas en Irak, y se han convertido en un argumento político, utilizado tanto por el chiita Maliki como por los yihadistas sunitas.

Para convencer a los electores, los 9.039 candidatos hablaron más de su pertenencia étnica o religiosa que de su programa.

La tensión religiosa alimenta la violencia que en el mes de abril se cobró la vida de 750 personas.

Los insurgentes, entre ellos los yihadistas del Estado Islámico en Irak y el Levante (EIIL), grupo vinculado a Al Qaida, se apoderaron en enero de la ciudad de Faluya, 60 km al oeste de Bagdad.

También controlan varios barrios de Ramadi, 40 km más al oeste de Bagdad, en la misma provincia sunita de Al Anbar.

Maliki supo aprovechar la crisis de seguridad para focalizar la atención en la lucha contra los insurgentes y desviarla de su balance gubernamental, cuyo único punto positivo es el aumento de la producción de petróleo.

Sin embargo, el aumento de los ingresos petroleros no se ha reflejado en la vida cotidiana de los iraquíes.

A pesar de todo, Maliki tiene la victoria casi asegurada, gracias en parte a la regla no escrita del reparto del poder que establece que el primer ministro debe ser chiita, el presidente kurdo y el presidente del parlamento sunita.

En efecto, Maliki parece ser el único chiita con suficiente estatura para ejercer la jefatura del gobierno, consideran los observadores.

La coalición Alianza para un Estado de Derecho de Maliki obtendrá una cuota importante de los 328 escaños del parlamento, pero parece difícil que obtenga la mayoría absoluta debido a la competencia de otros partidos chiitas en sus principales bastiones.

AFP

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