Foto. AFP
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Hoy los neoyorquinos elegirán a Bill de Blasio como su nuevo alcalde. Con una ventaja de 45 puntos porcentuales sobre su oponente republicano, el demócrata de Blasio tiene la victoria virtualmente asegurada.
“Nueva York se ha convertido en una ciudad para los superricos”, declara Josh Klausner, un guionista de cine y televisión que vive en Brooklyn y que planea votar por De Blasio. “La ciudad ha perdido la diversidad en su economía. De Blasio no arreglará eso necesariamente, pero tras 20 años de alcaldes republicanos es hora de un cambio”.
Los neoyorquinos reconocen que el alcalde saliente, Michael Bloomberg, hizo una buena labor al crear más zonas verdes. Y su predecesor, Rudy Giuliani, mejoró la seguridad pero David Dehoney, un joven abogado que vive en Manhattan y que votó por Bloomberg en las pasadas elecciones, aclara que el millonario mandatario no ha abordado el problema de la falta de vivienda para la clase media. “Los ricos tienen muchas ofertas para vivir y los pobres tienen subsidios, pero para la clase media es imposible radicarse aquí con sus hijos”.
De ser elegido, De Blasio, actual defensor del pueblo de la ciudad, sería el político izquierdista con mayor cargo en Estados Unidos. El candidato, de 52 años, es hijo de un alemán y de una italiana y tuvo una crianza modesta. Tras graduarse de la universidad, trabajó como organizador comunitario, una labor que incluyó una vivencia en Nicaragua, apoyando al gobierno sandinista.
Pero sus experiencias con las clases sociales menos favorecidas no han sido lo único que llama la atención de los votantes. Reflejando la diversidad de Nueva York, se casó con una afronorteamericana, una poeta llamada Chirlane McCray, con quien tiene dos hijos.
Elisabeth Braw / Metro World News