Foto. Siria
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Estados Unidos y Rusia llevaban a cabo en Ginebra, Suiza, negociaciones cruciales sobre Siria desde posturas divergentes, poco después de que el presidente sirio, Bachar al Asad, se comprometiera a poner su arsenal químico bajo control internacional con la condición de que Washington deje de amenazar a su país y de suministrar armas a los rebeldes.
Los cancilleres de Estados Unidos y Rusia, John Kerry y Serguéi Lavrov, prometieron resultados tras su encuentro poco después de que Al Asad se comprometiera a entregar su arsenal químico y a firmar la Convención contra las Armas Químicas, pero con condiciones.
También aseguró que enviará un mensaje a la Organización de las Naciones Unidas y a la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas que contendrá los documentos técnicos necesarios para firmar la Convención.
Al Asad aclaró que Damasco acepta colocar sus armas químicas bajo control internacional “debido a Rusia” y aseguró que “las amenazas de Estados Unidos no tuvieron influencia sobre esta decisión”.
Una versión del plan de control ruso que difundió el diario “Kommersant” describió cuatro etapas: Siria se uniría al organismo mundial que regula la prohibición de armas químicas, declararía sus sitios de producción y almacenamiento, invitaría a inspectores y decidiría con ellos cómo y quién destruiría las reservas. agencias
Motivo
“Consideramos que las palabras del régimen sirio no son suficientes, por eso hemos venido aquí, para trabajar con los rusos”. John Kerry, secretario de Estado de Estados Unidos.
Agencias