El príncipe Felipe, de 53 años, se convirtió este domingo en el nuevo rey de Bélgica tras prestar juramento ante las dos cámaras del Congreso.
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A causa de la crisis, el gobierno belga, de acuerdo con la monarquía, quiso celebrar el acto en la más estricta austeridad e intimidad, sin ningún miembro de la realeza extranjera.
Durante su discurso Felipe también dio las gracias a su esposa Matilde, de 40 años, quien se convirtió en la reina de los belgas.
Con un vestido de algodón y seda rosa pálido del diseñador belga Edouard Vermeulen, Matilde se mostró emocionada durante toda la ceremonia y en varios momentos no pudo contener las lágrimas.
AFP