La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) advierten de que 130 millones de niños trabajan en la pesca artesanal, la ganadería y la acuicultura y que muchos de ellos lo hacen en condiciones “duras y peligrosas”.
Ante esta situación ambas organizaciones instaron a los Gobiernos a tomar medidas para proteger a los que trabajan en la acuicultura y la pesca y a cumplir las normas internacionales de protección infantil en el trabajo, informó hoy la FAO, con sede en Roma, a través de un comunicado.
El trabajo de este tipo es intolerable”, subrayó el subdirector general de la FAO del Departamento de Pesca y Acuicultura, Arni M. Mathiesen.
Además añadió que este tipo de actividades “dañan su salud y aprendizaje y les impide con frecuencia asistir a la escuela”.
Según explicaron, muchos de estos niños se ven obligados a sumergirse en profundidades peligrosas, a menudo por la noche, y a permanecer muchas horas en plantas de procesamiento insalubres en las que corren riesgo de contraer infecciones o intoxicaciones por la manipulación de productos químicos.
Todo trabajo que perjudique el desarrollo físico, mental, psicológico, social y educativo de los niños es inaceptable y viola los convenios internacionales”, aseguró la directora del Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil de la OIT, la Constance Thomas.