EE.UU. teme que salgan a la luz pública sus programas de ciberespionaje

El mandatario estadounidense y su equipo han sido criticados por el espionaje que ha dirigido el Gobierno contra periodistas para determinar qué fuentes les permitieron filtrar ciertas informaciones

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El constante goteo de filtraciones sobre los masivos programas de ciberespionaje de las comunicaciones telefónicas y en internet de EE.UU. hizo temer al director nacional de Inteligencia del país sobre el impacto a la capacidad del país norteamericano para destapar complots terroristas.

En entrevista con el canal MSNBC, James Clapper, director nacional de Inteligencia y ante quien responde la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), responsable del ciberespionaje estadounidense, fue muy crítico con las filtraciones de los diarios The Washington Post y The Guardian.

Clapper aseguró que esas revelaciones provocan “un grandísimo y grave daño a las capacidades de inteligencia de Estados Unidos” y ponen en peligro la lucha antiterrorista que lidera en el terreno del ciberespionaje la NSA.

Esta semana, el diario británico The Guardian y The Washington Post publicaron que la NSA y el FBI tienen acceso a millones de registros telefónicos del operador de telecomunicaciones Verizon durante períodos de tres meses, tras la autorización de un reducido grupo de jueces federales.

Posteriormente, los periódicos revelaron un programa secreto conocido como PRISM, que permite a la NSA ingresar directamente en los servidores de 9 de las mayores empresas de internet estadounidenses (incluidas Google, Facebook, Microsoft y Apple) para espiar contactos en el extranjero de sospechosos de terrorismo.

Hoy, el diario británico mantuvo el hiriente goteo de filtraciones para la Casa Blanca, al revelar el programa de “datamining” (explotación de datos) que la NSA utiliza para procesar datos y determinar el origen de la información que vigila.

El programa secreto llamado “Boundless Informant” clasifica por características la información que recopila la NSA, no el contenido, y mantiene un registro de qué países son el principal objetivo del espionaje digital estadounidense.

Los nuevos documentos secretos filtrados indican que la NSA recopiló cerca de 3.000 millones de piezas de información de computadores estadounidenses en marzo pasado, pese a que el área de acción de esa agencia esta orientada principalmente al ciberespionaje en el exterior.

Según esta nueva filtración, Irán fue el país del que la NSA obtuvo el mayor volumen de información de Inteligencia, seguido de Pakistán, Jordania, Egipto e India, mientras que China, Arabia Saudí y el propio territorio estadounidense son otras “zonas calientes”.

Clapper dijo en su entrevista que esta “explosión mediática” tiene un “doble filo” y pese a promover la transparencia, permite a los “adversarios” de Estados Unidos conocer cómo evitar el hasta ahora discreto espionaje digital estadounidense.

El director nacional de Inteligencia reiteró que las actividades de espionaje digital filtradas “son legales y se realizan con autorizaciones bien conocidas y debatidas en el Congreso”.

Tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, la Patriot Act expandió la capacidad del Gobierno para controlar comunicaciones en EE.UU. y el extranjero, mientras que en 2008, nuevas enmiendas a la ley de vigilancia de comunicaciones extranjeras (FISA), acordadas con el apoyo de demócratas y republicanos, eximió de ciertos controles judiciales al ciberespionaje de la NSA.

Según Clapper, la NSA ha pedido al Departamento de Justicia que inicie una investigación para determinar quién o quiénes son los responsables de una filtración que llega en el peor momento posible para el presidente Barack Obama.

Ben Rhodes, el consejero adjunto de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, indicó hoy que estas filtraciones son “muy preocupantes”, ya que el secretismo es necesario para “llevar a cabo actividades de inteligencia sin que los métodos sean revelados al mundo”.

Además, las revelaciones del extenso programa de ciberespionaje internacional de Estados Unidos se ha conocido justo cuando ayer y hoy Obama estaba reunido con el presidente de China, Xi Jinping, a quien transmitió su preocupación por los ciberataques chinos contra intereses estadounidenses.

Las revelaciones sobre el papel de la NSA en ciberespionaje ha reforzado el argumento, que Xi transmitió ayer a Obama en su cumbre de California (EE.UU.), de que China también es víctima de unas tácticas que parecen cada vez más extensas y no solo limitadas a la lucha contra el terrorismo.

EFE

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