El calificativo "inmigrante ilegal" afecta la salud de los trabajadores

Holmes comenzó la investigación en 2003 cuando después de conversar con líderes comunitarios de la etnia Triqui que trabajan cosechando frutas en haciendas de California y el estado de Washington fue a visitar a sus familiares en Oaxaca.

5381241w Foto. EFE

La expresión “inmigrante ilegal” genera actitudes negativas que deterioran la salud de trabajadores del campo, afirma Seth Holmes, médico y antropólogo de la Universidad de Berkeley, quien lanza un libro testimonial sobre su convivencia con campesinos mexicanos en EE.UU.

Cuando se usa la palabra ilegal contra una persona inmigrante es como usar la palabra criminal contra alguien, y lo que se provoca es temor”, dijo Holmes, profesor adjunto de Salud Pública y Antropología Médica de la Universidad de California en Berkeley (UC Berkeley).

“Y esa desconfianza que se provoca influye en como tratan a la gente, en como votan por ellos, y en los inmigrantes, como con los mexicanos que trabajé para este libro, se genera un gran estrés y miedo. Esa combinación de factores afectan mucho la salud”, explicó.

“Fresh Fruit, Broken Bodies: Migrant Farmworkers in the United States”, es un libro escrito por Holmes que saldrá a la venta el próximo 10 de junio en librerías como Barnes & Nobles y en portales de internet como Amazon.

En las 264 páginas del documento de investigación publicado por la editorial University of California Press el escritor, quien estudió doctorados en medicina y antropología en Berkeley y la Universidad de San Francisco, relata su experiencia con la comunidad de la etnia Triqui del estado mexicano de Oaxaca.

A los estadounidenses pareciera que no les importa la situación de miedo y salud deteriorada en que viven las personas que siembran y cosechan sus alimentos”, criticó Holmes.

“Parte de mi estudio es para tratar de comprender ¿por qué para los estadounidenses está bien que las personas que trabajan tan duro para poner los alimentos en su mesa vivan en condiciones de tanta pobreza y poca salud?”, cuestionó el galeno.

Holmes comenzó la investigación en 2003 cuando después de conversar con líderes comunitarios de la etnia Triqui que trabajan cosechando frutas en haciendas de California y el estado de Washington fue a visitar a sus familiares en Oaxaca, en donde además de atender a pacientes en clínicas y visitar enfermos en sus hogares, se iba a trabajar con ellos en la cosecha de maíz.

En 2004 decidí recorrer el camino para entrar sin documentos a Estados Unidos por la frontera de Arizona y cuando ya estábamos en EE.UU. nos agarró la Patrulla Fronteriza”, señaló Holmes.

“A diez oaxaqueños después de tomarles huellas y fotos los deportaron a México; pero a mí me dejaron preso por un día y a pesar de que les expliqué que los acompañaba en una investigación médico antropológica me pusieron una multa de 5.000 dólares por no reportar mi entrada con el pasaporte en la Oficina de Migración y Aduanas”, recordó.

Holmes, ya en territorio estadounidense, junto a los campesinos buscó trabajo en la cosecha de frutas.

A varios los atendí como médico en el campo, porque el calor, el cansancio y los pesticidas en las plantas a muchos los agota, cuando la salud se les deterioró a varios los acompañé a buscar una clínica para que los atendieran y estuve en los funerales de los que fallecieron”, reveló Holmes.

“Por eso creo que no es justo lo que le escuché a un ranchero en el estado de Washington, que dijo que ‘está bien que ellos hagan esos trabajos, porque son pequeños, fuertes y su piel resiste bastante al sol"”, indicó.

El médico señala en su obra que además de los prejuicios sobre el estatus migratorio, la presión de la industria agrícola para producir frutas y verduras a bajo costo y el racismo en zonas rurales estadounidenses afectan la salud de los campesinos.

Arturo Rodríguez, presidente del Sindicato de Trabajadores del Campo (UFW), dijo que los campesinos en EE.UU “necesitamos que profesionales como el doctor Seth Holmes escriban libros así para que los estadounidenses sepan del sacrificio de los campesinos”.

La palabra ‘ilegal’ afecta el sueño de tener un trabajo digno, buenos cuidados de salud, y que los hijos tengan una mejor vida, por eso nosotros estamos en contra de eso”, finalizó.

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