¿Cuál es el origen de los huevos y el conejo de Pascua?

Los huevos de pascua se han convertido en un elemento infaltable durante la Semana Santa, pero ¿cuál es el origen de esta tradición?

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Todos quieren uno. Algunos te piden los de chocolate, que se encuentran en los supermercados; otros quieren pintarlos en casa con ayuda de papá y mamá, y un grupo prefiere que se los escondan para así pasarse la tarde recolectándolos.

Los huevos de pascua se han convertido en un elemento infaltable durante la Semana Santa, pero ¿cuál es el origen de esta tradición?

El huevo es un símbolo de nueva vida, fertilidad y renacimiento en diversas culturas. En Irán, por ejemplo, diversas generaciones han decorado huevos por el Año Nuevo en dicho país, conocido como Nowruz o Año Nuevo Persa. Esta fiesta se celebra el primer día de primavera.

También existen teorías que señalan que el huevo de pascua tiene raíces paganas: la palabra “easter” (pascua en inglés) viene de Eostre u Ostara, una diosa germánica de la primavera que era adorada por los paganos anglosajones; se solían organizar fiestas en honor a Eostre en abril. Entre los que defendían esta tesis estaba Jacob Grimm, uno de los dos hermanos detrás de los cuentos infantiles más famosos de todos los tiempos. Grimm escribió un libro sobre mitología alemana (Deutsche Mythologie) en 1835 en el que incluía a Ostara.

El conejo de pascua también tiene su origen en la diosa Ostara. Existe una leyenda que cuenta que una primavera, la diosa demoró en llegar y encontró a un ave con las alas congeladas. Para salvarle la vida, decidió ponerle piel y convertirla en una liebre. Pero como en esencia era un ave, aún podía poner huevos.

La leyenda fue adaptada por los alemanes, quienes decían a los niños que la liebre de pascua les dejaría regalos y huevos de colores en sus sombreros si se portaban bien.

La idea llegó a Estados Unidos a través de inmigrantes alemanes, pero la liebre se transformó en conejo.

Los cristianos también reclaman el origen del huevo de pascua. Para ellos, el huevo representa la resurrección de Jesús y la cáscara dura su tumba sellada. Además, en algunas iglesias católicas y ortodoxas, los huevos son pintados de rojo por la sangre que Jesús derramó en la cruz.

Los cristianos no consumen huevos durante la Cuaresma y la Pascua es la primera oportunidad que tienen de consumirlos luego de una larga temporada de abstinencia.

Lo comercial

¿Los padres están sucumbiendo ante una fiesta comercial? La psicóloga Elena Franco Temple señala que el secreto es no dejarse manejar.

“Lo comercial no debe dominarte, tú tienes que esforzarte para que la celebración no solo quede en lo material, hay que usar la creatividad”.

“Regalar huevitos es divertido, pero hay que enmarcar la fiesta dentro de lo que representa la Semana Santa”.

“También debemos adaptar la fiesta a nuestra identidad peruana, hay que saber incorporar las cosas extranjeras”.

Publinews Perú

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