Chipre evitó la crisis financiera pero deberá pagar un elevado precio por el rescate, que implica el cierre y la liquidación del Banco Laiki, el segundo más importante del país y su división en un “banco malo” ( una entidad residual destinada a desaparecer progresivamente) y un “banco bueno” donde se agruparán los depósitos inferiores a 100 mil euros, que beneficiarán de una garantía pública a la Unión Europea (UE).
Esta medida tendrá por efecto reducir en forma considerable el tamaño del sector bancario chipriota, considerado sobredimensionado en relación con la economía de la isla, ya que representa ocho veces su Producto Interior Bruto (PIB).
El primer banco del país, el Bank of Cyprus, incorporará a plazo los depósitos garantizados del Laiki Bank. También se hará cargo de las deudas de esta entidad con el Banco Central Europeo, que ascienden a 9 mil millones de euros.
Pero los depositantes del Bank of Cyprus también sufrirán una fuerte amputación de 30% de sus haberes.
A cambio, Chipre recibirá una ayuda de hasta 10 mil millones de euros del Mecanismo Europeo de Estabilidad.
El acuerdo respeta la garantía europea de depósitos hasta 100 mil euros, pero afectará a los titulares de cuentas más voluminosas, entre ellos muchos extranjeros rusos, que colocan dinero en la isla mediterránea por sus ventajas impositivas.
Por temor a un retiro masivo de fondos, los bancos del país están cerrados desde el 16 de marzo.
Las autoridades chipriotas no necesitarán pasar el plan de rescate por el Parlamento, pero sí por la aprobación de países miembros de la zona euro, incluida Alemania. El primer tramo de la ayuda debe llegar a principios de mayo. agencias
Determinación
Son decisiones dolorosas para salvar al país de la quiebra, pero Chipre se levantará nuevamente”.
Nikos Anastasiadis, presidente de Chipre