¿Quién fue Hugo Chávez?

El mandatario venezolano falleció este martes a los 59 años en Caracas.

Foto: AFP

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Fue Hugo Rafael Chávez Frías. Quién nunca llegó a posesionarse por tercera vez como Presidente de la República Bolivariana de Venezuela. El avanzado cáncer le impidió ser testigo presencial de su propia reelección y, asimismo, permitirle ver la consolidación de su poder en el país que gobernó durante 14 años.

Un país que estuvo polarizado entre las masas que lo idolatraron, al verlo como un líder con sensibilidad social, y una oposición que lo señaló de populista y autócrata, incluso: dictador.

Sin embargo, ese mismo país que se polarizó en su interior, asumió un papel protagónico en el mundo, gracias a la fortaleza de su bolsillo lucrado por el oro negro y a un líder que se hizo amigo de los más acérrimos contradictores de Estados Unidos. Este mismo defendió a ultranza grupos catalogados internacionalmente como “terroristas”, tal y como lo hizo con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC-EP.

Nacido en Barinas el 28 de julio de 1954, este carismático e impredecible hombre que tuvo como bandera ser enemigo del “imperio yanqui”, fue aliado de los gobiernos más criticados a nivel mundial, como el de Cuba e Irán.

El mundo se enteró de quién fue Hugo Chávez para el 4 de febrero de 1992, cuando el entonces Teniente Coronel se responsabilizó de un fallido golpe de Estado, por el que purgó prisión dos años. Gracias a un indulto presidencial, pudo obtener la libertad, pero tuvo que abandonar a su pesar el Ejército, momento crucial que le permitió comenzar con su carrera política.

Sus ideas de justicia social y ayuda hacia los pobres lo impulsaron a la Presidencia en 1998 y, desde entonces, comenzó su hegemonía política. Chávez modificó la Constitución para poder reelegirse y también nacionalizó sectores económicos, lo que generó molestia en los sectores de capital privado del país.

Aprovechó el petróleo, un recurso que mantuvo a Venezuela como uno de los principales productores mundiales de este hidrocarburo, para sostener su proyecto socialista. Dicho esto, pudo financiar sus proyectos de asistencia social en sectores como salud, educación y aportes en bienes, lo que se reveló en un impetuoso respaldo electoral.

No todo fueron risas en su trayectoria política. A pesar de que contó con el apoyo de buena parte del pueblo venezolano, vivió momentos críticos en su Gobierno, pues en 2002, gracias a un fallido golpe de Estado en su contra, estuvo 48 horas lejos del Palacio de Miraflores.

Su salud fue el verdugo de su inestabilidad política, ya que la oposición exigía en voz alta pruebas verosímiles de su estado y sus partidarios acusaban a esta facción de tratar de desestabilizar al Estado, tras estas reclamaciones.

Luego de batallar sin cansancio, como un Gulliver de buenas, Chávez se sometió en Cuba a tres cirugías y dos tratamientos en solo un año contra un cáncer terminal. En la isla caribeña depositó no solo su salud, sino la ideología revolucionaria que heredó como hijo pródigo del líder de facto Fidel Castro.

Los extremos fueron lo suyo. Llegó a comparar su propia historia y perfil político con el del libertador de Latinoamérica Simón Bolívar, personaje que admiró y constituyó como un símbolo patrimonial de su mandato. Gracias al caudillo, el nombre de Venezuela pasó de ser República de Venezuela a República Bolivariana de Venezuela.

Muy rumorado en medios de comunicación de diferentes latitudes del mundo fue el hecho de exhumar sus restos (los de Simón Bolívar) y reconstruir sus facciones. Y, por supuesto, puso en igualdad de condiciones su revolución con la que inició el libertador (de cinco naciones) hace dos siglos, queriendo unificar a Suramérica bajo su ideario.

La historia no podría desconocer el liderazgo nato de Hugo Rafael Chávez Frías. No solo en su nación (solo perdió dos de catorce campañas), sino como a nivel internacional, donde tuvo mediáticos choques con jefes de Estado de todo talante, como el del rey Juan Carlos de España, con la frase recordad “¿Por qué no te callas?” o el del expresidente de Colombia Álvaro Uribe Vélez.

Cierto es que siempre fue un líder conectado a los medios y, desde su programa ‘Aló, Presidente’, aduló, exaltó o puso en la palestra pública a los personajes que producían en él pasiones políticas, fuesen positivas o negativas.

Partió la figura de un pueblo, el paradigma de Gobierno de toda una región, pues se convirtió en respaldo económico y político para Daniel Ortega, presidente de Nicaragua; Rafael Correa, mandatario de Ecuador; e incluso de Evo Morales, su homólogo de Bolivia.

En esta parte del mundo también cosechó grandes amigos, generalmente de izquierda, como Luiz Inacio Lula da Silva (expresidente de Brasil) y Cristina Fernández (Argentina). Además, luego de la posesión de Juan Manuel Santos (Presidente de Colombia), Chávez se convirtió en su “nuevo mejor amigo”, pese a sus distancias ideológicas, luego de que el ahora mandatario de los cafeteros asumiera el poder en 2010.

Hoy las relaciones con Colombia van por buen camino. La frontera conocida como la más dinámica de América Latina ya no es más una ‘bomba de tiempo’ llena de tensiones y vive un tranquilo flujo de comerciantes que intercambian productos con un mínimo de restricciones.

En el cuadro de tareas por realizar queda ubicar a sus escuderos, Nicolás Maduro o Diosdado Cabello, en la cúspide del liderazgo del oficialismo venezolano. Además, deben seguir eclipsando a una oposición que nunca antes se vio tan fuerte como con la llegada de Henrique Capriles, hoy reelecto del estado de Miranda.

Venezuela llora a su líder, Venezuela erige otro futuro, un futuro con retos no cortos ni fáciles tras el ser humano que venció en las elecciones a cuanto aspirante se le cruzó por el camino. Un futuro con un legado imborrable que difícilmente podrá ser emulado por cualquier heredero del testimonio del chavismo venezolano. Publinews Latinoamérica

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