Foto: EFE
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Las protestas estudiantiles frente la Embajada de Cuba en Caracas comenzaron el jueves, cuando un grupo de 24 jóvenes intentó encadenarse para reclamar al Gobierno de Hugo Chávez que deje de permitir la “injerencia” de la isla en los asuntos políticos de Venezuela.
La consigna “No somos una colonia de Cuba”, que ha sido repetida en múltiples oportunidades por la oposición, también se hizo presente en esta ocasión.
Durante la manifestación, hubo incidentes cuando la Guardia Nacional quiso impedir que los estudiantes se ataran en los alrededores de la embajada cubana. Siete de los presentes fueron detenidos.
La Fiscalía venezolana abrió una investigación para determinar si la protesta ha puesto “en riesgo” esa sede diplomática, como han acusado los agentes de seguridad que se enfrentaron con los jóvenes.
“De acuerdo con la denuncia, varias personas se presentaron en la Embajada de Cuba y habrían puesto en riesgo la seguridad de esa sede diplomática, acción que podría violentar los diversos convenios internacionales suscritos por el Estado venezolano”, indica el texto del Ministerio Público, que agrega que la persona designada es la fiscal Lesbia Almarza.
Los manifestantes permanecen en el lugar sobre colchones, amarrados entre sí con cadenas y candados, para reclamar información sobre la salud del presidente bolivariano y en rechazo a lo que consideran “injerencia” de la isla, vigilados por casi 60 policías.
Tras la difusión de las imágenes de Chávez, los estudiantes declararon que lo vivieron como un logro de su iniciativa. Diputados de la oposición, como la diputada María Corina Machado y el dirigente político Leopoldo López, asistieron al lugar para brindar su apoyo.
“El tema es, ¿puede Chávez gobernar? Que venga a gobernar en Venezuela. ¿No puede gobernar? Que se dicte la falta y se siga el camino que marca la Constitución”, señaló el líder estudiantil al apuntar que no levantarán su protesta hasta lograr alguno de estos dos “objetivos”, aseguró Villca Fernández, uno de los detenidos.
Por su parte, el vicepresidente Nicolás Maduro –a cargo del Poder Ejecutivo mientras Chávez convalece en Cuba- calificó la protesta de “tarantín golpista”. “Nosotros estaremos vigilantes, vigilantes, protegiendo la embajada de Cuba, brindando las garantías diplomáticas que nos exige el derecho internacional”, señaló.