Así roban en Latinoamérica

Las excusas más inimaginables pueden crear el momento ideal para un ladrón. Conoce las antiguas y nuevas formas que tienen los delincuentes en los distintos países de la región para lograr su cometido.

México:

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– La gota de café. La víctima va caminando por la calle. Se le acerca una persona y le riega un café encima. Con el pretexto de limpiarle la mancha, el ladrón le quita la billetera y demás artículos de valor. A veces, esta persona también está acompañada de un cómplice que se encarga de confundir aún más a la víctima.

– En los restaurantes. Los asaltantes trabajan en equipo y mientras uno vigila una mesa, el otro, con el pie o con la ayuda de un gancho, se acerca al perchero. Sin que nadie se dé cuenta, saca las carteras, las vacía y las devuelve.

– En la casa. Por descuido se dejan las llaves de la casa en el auto y el valet parking se aprovecha para sacar copias. Si hay un documento que revele el domicilio, es un caldo de cultivo para el robo.

– El regalo. Con el pretexto de llevar un regalo, ya sea un pastel o un artículo curioso, tocan la puerta, la víctima abre y se aprovechan para ingresar y robar. Este tipo de asalto puede ser con o sin violencia.

Guatemala:

– La motocicleta. Los ladrones acechan y aprovechan cuando el semáforo está en rojo para asaltar a los automovilistas. Siempre viajan dos personas en la moto, una saca la pistola y despoja de sus pertenencias al conductor del carro.

– La llanta baja. Los ladrones pinchan las llantas del carro. Luego se acercan dos personas a ayudar al conductor. Uno ayuda a cambiar la llanta mientras que el otro aprovecha para robar las pertenencias dentro del vehículo, sobre todo tarjetas de crédito. Esto lo hacen por la noche y en lugares desolados.

– Mensaje de texto y llamadas de promoción. “Te ganaste un premio de 5 mil dólares, pasa a esta dirección y te lo damos, envíanos todos tus datos personales”. Esta es la forma en que muchos han sido estafados. También varios han recibido una llamada de un supuesto familiar que está en el extranjero y les pide dinero. Una gran cantidad de guatemaltecos ha caído en este juego.

Colombia:

– El costal sorpresa. Muchos hurtos ocurren en los buses de transporte público. Sin embargo, pocos son tan exóticos como el robo con un costal. Los pasajeros están sentados en un bus, se sube un hombre con un costal pequeño que se mueve. La persona se le acerca a un pasajero, abre el costal y dice: “Deme todo o le suelto la rata”.

– El vaso con ácido. Este robo está dirigido contra las mujeres. Un hombre con un envase amenaza con tirarle “ácido” a la cara si no le entrega todas sus pertenencias.

– Empleadas domésticas. Se descubrió una modalidad de robo en Cali, Medellín y Bogotá en la que los ladrones crean una agencia de empleadas domésticas. Las mujeres tienen supuestas hojas de vida intachables y en su trabajo son las mejores. Pero mientras trabajan, estudian los sistemas de seguridad, los horarios habituales de los dueños de casa y qué cosas de valor tienen, para después informar a sus jefes.

Ecuador:

– La joya de oro. El ladrón se le acerca a una persona desprevenida, arroja una joya de oro falso al piso y le dice a la víctima que se le cayó algo. El delincuente le “recomienda” al incauto que, como él le avisó, se repartan el botín, que le dé algo de dinero y él se quede con el objeto de oro. Al final, el “suertudo” se queda sin dinero y con una joya falsa.

– La llanta desinflada. En las principales avenidas de Guayaquil y Quito, los vendedores ambulantes, que suelen moverse junto a los carros cuando esperan en la luz roja, le hacen señas al conductor de una llanta desinflada. Estos falsos vendedores roban, casi siempre, la radio del vehículo.

– En el nombre del padre. Algunos, con Biblia en mano, suben a los buses para “predicar la palabra”. Dentro del vehículo, abren sus biblias y sacan cuchillos y pistolas, y en “nombre del Señor” desvalijan a los pasajeros.

Perú:

– Un niño “perdido” llora en la calle. La víctima le pregunta al niño qué le pasa y si conoce su casa. Poco a poco el infante balbucea una dirección cercana. La víctima, conmovida, lo lleva a la casa, pasa y la asaltan. Por lo general se trata de un sitio abandonado. Cuando la víctima vuelve para denunciar el robo, nadie vive ahí.

– El huevo crudo. Un conductor va en su auto. De repente, alguien le tira un huevo crudo en el parabrisas. Su primera reacción es activar el limpiaparabrisas para ver mejor, pero con el agua se empaña más la luna, no ve nada, así que no le queda otra que bajarse del auto para limpiar con la mano. Craso error: los ladrones le caen encima para quitarle todo.

– Estafas telefónicas. El teléfono suena de madrugada. La voz de un joven suena desesperada. La madre entra en shock. ¿Era la voz de su hijo? ¿Qué le ha pasado? “Miguel está con nosotros”, dice de pronto una voz desconocida por el auricular que le pide una cuantiosa suma para liberarlo.

Chile:

– El falso secuestro. Este año, se ha detectado una nueva modalidad de estafa en Chile, que consiste en llamar por celular a un menor de edad para decirle que se ganó un premio y que para retirarlo debe acercarse al supermercado más cercano. Mientras la persona camina, uno de los delincuentes conversa con él por teléfono para que la línea se mantenga ocupada y otro cómplice llama a la casa del joven y les asegura a los familiares que han secuestrado al chico y les piden dinero por el rescate. “En una oportunidad le dijeron al menor que se trataba de un concurso de teatro y que tenía que decir frases como ‘papá, me tienen secuestrado’, y luego le pusieron esa grabación a los padres del niño”, explicaron a Publinews Chile personal de seguridad de ese país. Los autores del delito no tienen contacto físico ni visual con el menor engañado. Las penas de secuestro son tan altas que no se atreven. Además, los autores de llamadas suelen estar en la cárcel.  Por: Publinews Latinoamérica

 

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