La policía recurrió a los gases lacrimógenos ayer para impedir a los manifestantes ingresar en la sede del primer ministro libanés, Najib Mikati, cuya dimisión reclama la oposición.
Miles de personas asistieron al funeral del jefe de los servicios secretos, Wissam al Hassan, asesinado el pasado viernes junto a siete personas más al estallar un carrobomba.
Los manifestantes lanzaban piedras y palos y reclamaban justicia. “El Gobierno es responsable del crimen que mató a Wisam y su compañero. Por eso se tiene que ir”, gritaban los asistentes.
“Mikati, no puedes seguir en tu puesto para cubrir este crimen. Si te quedas, significa que estás de acuerdo con lo que pasó y con lo que pasará”, afirmaron los manifestantes. El último atentado en la ciudad de Beirut fue en enero de 2008, cuando un oficial de la inteligencia libanés, el capitán Wisam Eid, fue asesinado. Este ataque ocurre cuando las pele as siguen en Siria entre las tropas del régimen de Bashar al Asad y los rebeldes.
Siria
– Las Fuerzas de Seguridad Interiores (FSI) desempeñaron un papel clave en la detención, el 9 de agosto, del exministro libanés Michael Samaha, partidario del régimen sirio.
– La potente explosión reaviva la preocupación por un contagio del conflicto sirio.
Agencias