Pero el libro y la película fueron vividos en la realidad por Katie y Dalton Prager. Dalton murió hace cinco días, luego de sufrir la misma enfermedad de su esposa. Los dos tenían fibrosis quística. Ella murió hoy, por complicaciones causadas por este padecimiento y también por lo que generó un transplante de pulmón.
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Ella tenía solo 26 años.
“Katie cumplió su deseo de estar en casa, en su cama, rodeada por su madre, su padre, su hermano y sus perros, muriendo en paz lejos del hospital, los tubos y las vías intravenosas, publicó su madre, Debra Donovan, en Facebook.
“Los días que vienen no serán fáciles pero me consuela saber que mi niña vivió, realmente vivió.
La muchacha había estado en cuidados paliativos desde el 7 de septiembre. Su marido murió 5 días antes, con solo 25 años. En ese entonces, su esposa lo elogió por ser valiente ante la enfermedad y por no darse por vencido.
Su historia de amor
Ellos, con una historia similar a la de la pareja de la novela de John Green, querían viajar juntos en cada estado y escribir un libro sobre su historia de amor. Los dos luchaban por recuperarse. Y lo hacían en hospitales diferentes.
A su vez, la pareja se conformaba con pasar incluso pasar un día y una noche junta. Los dos comenzaron con su romance a sus 18 años. Luego de que ella leyó que él estaba enfermo, le ofreció su amistad. También le contó que tenía la misma enfermedad que él.
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Ahí se enamoraron. Conocerse en persona fue difícil, ya que Dalton le dijo que tenía una infección. Esta se llama Burkholderia cepacia, contagiosa y propia de la enfermedad. Sus doctores le advirtieron que nunca se reuniera con otro paciente, por temor a contraer la bacteria.
Pero a pesar de eso, a Katie no le importó y le pidió a Dalton que la visitara en Kentucky. “Le dije que quería ser muy feliz por cinco años de mi vida y morir antes que ser mediocremente feliz y vivir así por 20 años, dijo ella. “Eso fue en lo que tuve que pensar. Y simplemente cuando tienes esos sentimientos, lo sabes.
Los dos se casaron con 20 años, en 2011. Pero todo lo peor que podía pasar, pasó: ella contrajo la infección y los dos tuvieron que esperar por un transplante. Sin embargo, ella afirmó que no estaba arrepentida por haber conocido al amor de su vida.