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Hambre estacional: Retos y realidades que atraviesan las familias del Corredor Seco

La realidad sobre la desnutrición aguda y crónica coloca a Guatemala entre los países más afectados a nivel mundial. Al menos 15% de los niños nacen con el riesgo de padecer desnutrición crónica, lo cual aumenta hasta 46.5% para antes de cumplir sus cinco años.

A pesar de la situación de la nación, existe un periodo en el año donde las familias están en mayor riesgo y las autoridades lo han denominado como “Hambre estacional”.

Según el ingeniero Germán González, titular de la Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional (SESAN), el término “Hambre estacional” está acuñado a ese periodo en Guatemala en el cual una buena parte de las familias que viven de sus propios cultivos se quedan sin reservas de alimentos. Además de que no hay ofertas de empleo temporal o estacional, como el corte de café o caña de azúcar.

A esta insuficiencia de alimento e ingresos familiares se añade la temporada de lluvias, que conlleva enfermedades prevalentes de la infancia, como enfermedades respiratorias agudas e infecciones diarreicas, señala González. Este periodo ocurre entre abril y octubre de cada año.

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“Los casos de desnutrición aguda aumentaban en ese periodo”, indicó González, “por ese motivo desde 2013 se estableció un mecanismo con un plan de respuesta preventivo lo cual ha permitido disminuir los casos de desnutrición aguda”.

Política de prevención

Según González, el “Plan de respuesta para la atención del hambre estacional 2017” busca una armonización de actores y articulación de entidades para prevenir cualquier efecto del cambio climático, de manera temprana, y que ayude a tratar y prevenir la desnutrición aguda.

Objetivos
  1. Este plan contempla fortalecer la vigilancia nutricional y el monitoreo de cultivos para la alerta temprana en seguridad alimentaria y nutricional.
  2. Fortalecer las capacidades productivas de los hogares de los municipios del Corredor Seco y en otros afectados por los cambios climáticos, durante el periodo de Hambre estacional.
  3. Prevenir la morbi-mortalidad por desnutrición aguda en niñas y niños menores de cinco años.
  4. Armonizar el apoyo de la cooperación internacionales por los eventos climáticos extremos.
Estacionalidad del hambre
Líneas de acción

El plan de respuesta contempla varias líneas de acción que buscan combatir este flagelo:

  1. Alerta temprana (vigilancia nutricional; sistema de monitoreo de cultivos, pronóstico de seguridad alimentaria y nutricional)
  2. Prevención, tratamiento y seguimiento de casos de desnutrición aguda
  3. Asistencia técnica agropecuaria y forestal
  4. Agua y saneamiento
  5. Asistencia humanitaria
  6. Armonización y articulación de actores (Gobierno local y cooperación internacional)

Atención temprana

Los Sistemas de Alerta Temprana consisten en recabar datos y monitorear la disponibilidad y el acceso de la población a los alimentos. Esta alerta también incluye análisis de la desnutrición aguda en niños y niñas.

Un diagnóstico oportuno de desnutrición aguda puede cambiar la situación de desnutrición en el país.

Un menor con desnutrición aguda moderada (que ocurre cuando el niño empieza a perder peso debido a un cuadro infecciosos, y en un periodo de tres días pierde el 5% de su peso y presenta síntomas de deshidratación) puede recuperarse en unos 10 días, señala González.

Las acciones de prevención y detección oportuna de desnutrición incluyen:

  1. Monitoreo del crecimiento
  2. Promoción de la lactancia materna exclusiva
  3. Suplementación con micronutrientes
  4. Zinc terapéutico
  5. Inmunizaciones
  6. Consejería sobre higiene y lavado de damos
  7. Desparasitación
  8. Tratamiento de enfermedades prevalentes en la infancia

Existen facilitadores de salud, comadronas y personas del Ministerio de Salud que colaboran en el monitoreo y detección de casos de desnutrición, advierte González, los cuales son reportados a los 1184 puestos de salud del país.

Los más vulnerables

Al combatir la desnutrición aguda en el país se reduce la desnutrición crónica que afecta al 46.5% de los niños menores de cinco años.

La desnutrición crónica representa un riesgo latente para los niños guatemaltecos.

Al nacer un niños tiene un 15% de riesgo de desnutrición crónica
El riesgo aumenta a 30% en los primeros seis meses, lo cual se puede prevenir con la lactancia exclusiva.
El riesgo se incrementa a 46.5% antes de los cinco años

Los departamentos con más desnutrición crónica son:

  1. Huehuetenango
  2. Chiquimula
  3. Quiché
  4. Alta Verapaz

Estos departamentos tienen una serie de complicaciones en cuanto a servicios básicos: agua potable, saneamiento, servicios de salud. Según González, unos 400 puestos de salud atienden esos sectores.

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