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Guatemala se convirtió en un museo vivo del automóvil, una estampa vintage fotografiada con fervor por miles de personas que se congregaron en la capital para observar centenares de vehículos clásicos fabricados entre 1901 y 1980, algunos de ellos de los más emblemáticos de la historia.
Pasear por el Campo de Marte, en la zona 5, era este domingo como volver atrás en el tiempo. Más de 300 joyas automovilísticas, la mayoría de origen estadounidense, pero también japonés o ruso, forman parte de la décima edición del Rock de los Carros.
Fiat, Ford, GMC, Chevrolet o Datsun de colección se exhiben con un doble objetivo, explica a Efe el fundador del proyecto, César García: “El gusto por los carros viejos y el deseo de ayudar al prójimo“.
Y es que como viene siendo habitual en esta cita automovilística no lucrativa, todos los fondos recaudados irán en beneficio de las tres Casas de Misericordia, ubicadas en San Cristóbal, San Lucas Tolimán y Chimaltenango, y cuyo fin es atender a niños y ancianos en todo el país.
Esta fundación, a través de sus centros nutricionales, intenta ayudar al más de un millón de niños menores de 5 años que padece desnutrición crónica y a los 300 mil ancianos declarados en abandono, a los que brinda “atención y cuidado” en sus instalaciones.
Este año, comenta García, la novedad está en una treintena de ejemplares propiedad del Ejército de Guatemala, como la limusina Presidencial, un Cadillac de 1949, pedido por el expresidente Jorge Ubico, de fabricación norteamericana.
Con 4 toneladas de peso, un motor en V de 8 cilindros, a gasolina y blindado, este coche, agrega el subteniente del Ejército de Guatemala Ervin Mendoza, aún funciona. Solo dos expresidentes lo han usado, Juan José Arévalo (1944-1951) y Alejandro Maldonado (2015). La última vez que salió fue el año pasado.