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Todas las camas en el cuatro nivel en el Hospital General San Juan de Dios están ocupadas por mujeres que padecen de algún cáncer de mama. Algunas esperan una cirugía y otras se recuperan de una difícil operación que les extirpó las células malignas.
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Las conversaciones de las pacientes se centran en los hábitos de alimentación, llevar una vida sedentaria, haber fumado y bebido licor durante algunos años y hasta tener antecedentes familiares que son propicios para contraer la enfermedad.
“Considero al cáncer de mama como una enfermedad que le cambia la vida a cualquier mujer”, explica el doctor Sergio Ralón, jefe de cirugía de la Clínica de mama.
Este año dos mil 500 mujeres acudieron al centro asistencial y los médicos les diagnosticaron el cáncer. Entonces inició el proceso de atención y evaluación y las quimioterapias.
La paciente Norma Ovando fue operada el 17.10.2016. Oliver de Ros Foto:
La mayoría de mujeres son mayores de 30 años aunque hubo un caso de una paciente de 22 años que viajaba cada semana desde la cabecera de Totonicapan para ser atendida. Luego fue operada y continúa su recuperación.
Ralón explica que “el mayor factor de riesgo radica en la edad, es simplemente el envejecimiento”. La mayoría de cánceres suceden en mujeres de 50 años en adelante.
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Uno de los inconvenientes es el costo de los tratamientos. El costo de una radioterapia es de Q80 mil, una quimioterapia de Q40 mil y una operación Q30 mil.
Las mujeres que acuden a sus citas son de escasos recursos y pueden ser beneficiadas con apoyo financiero en sus tratamientos, explica Ralón. “Lo importante es no abandonar a ninguna paciente porque existen casos que ni siquiera tienen un centavo para los pasajes de los buses y acudir a las citas”, añade.
En el centro asistencial cada mes realizan hasta 200 operaciones aunque hay mujeres que deben esperar debido a los incidentes de violencia o emergencia porque los pacientes ocupan las camas.
“A veces se tienen programadas las cirugías y se deben reprogramar porque hubo un ‘camionetazo’ o ingresaron decenas de personas heridas de bala en la emergencia que necesitan atención después de la cirugía”, mencionó el cirujano Esteban Arriaza.
El doctor Sergio Ralón (derecha), jefe de cirugía de la Clínica de mama del Hospital General y el cirujano Esteban Arriaza. Oliver de Ros Foto:
La situación cambia en el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) porque las afiliadas y los patronos aportan sus cuotas y las mujeres que se contagian del cáncer.
Las pacientes oscilan de 40 a 60 años. Son empleadas y esposas de afiliados que gozan de los beneficios de una atención hospitalaria.
Este año el Seguro Social detectó a mil 883 pacientes con cáncer de mama. El año pasado fueron dos mil 174.
Análisis “El apoyo familiar es necesario” El impacto emocional de tener una cirugía y hasta perder uno de sus pechos o ambos es un impacto emocional para la paciente por lo que el apoyo familiar es necesario. Cada caso es diferente y en algunos casos hay mujeres que afrontan el mal de manera fuerte, también hay otras que no lo pueden manejar y caen en depresión. Es fundamental el apoyo psicológico, grupal, familiar y si tiene a su esposo es fundamental. En los hospitales públicos se aprecian los casos de mujeres con escasos recursos que ya tienen demasiados problemas por falta de ingresos y a eso se le suma una enfermedad crónica que puede causarle la muerte si no se trata a tiempo. Este tipo de casos puede descompensar a las pacientes y por eso no hay que olvidar que los hijos, el esposo o la pareja debe estar al lado de la mujer que tiene el diagnóstico temprano o tardío del cáncer de mama. Lea Echeverría psicóloga
“La enfermedad es muy traumática y angustiante no solo para las afectadas sino para los familiares”, explicó la doctora Variña Pinto, jefa materno-infantil de la sección de medicina preventiva del IGSS.
El riesgo de que una mujer desarrolle cáncer de mama aumenta si su madre, hermana, hija o dos o más parientes cercanos, como primas, tienen antecedentes de la enfermedad, especialmente en la juventud. Sin embargo, el 85% de las mujeres que desarrollan cáncer de mama tiene antecedentes familiares.
Lo importante, coinciden los médicos, es el diagnóstico que requiere un examen microscópico de una muestra del tejido mamario sospechoso (biopsia) que es tan sólo el último escalón en una cadena de procedimientos para detectar la enfermedad.
Al cumplir los 40 años las mujeres deben practicarse una mamografía (uso de rayos x para visualizar los tejidos blandos del pecho) cada año y llevar un control de rutina sin olvidar el autoexamen de mamas.
Aunque la enfermedad ataca a las mujeres también son propensos los hombres. “En mis 20 años de atender cáncer de mama he atendido tres casos de hombres. No son comunes y se sabe que existen un caso por cada 100 mil de mujeres”, mencionó Ralón.
Hoy se realizarán diversas actividades en las instituciones de salud tanto en las clínicas privadas como las públicas y mostrarán el listón rosado que caracteriza la lucha en contra del cáncer. En el Seguro Social algunas sobrevivientes compartirán sus testimonios y los médicos aconsejarán a las afectadas.