Topos Azteca: “El ingreso de maquinaria fue un error”

El fundador de la Brigada internacional de rescate Tlaltelolco azteca, “los topos”, conversó con Publinews acerca de la situación en la aldea El Cambray II en Santa Catarina Pinula.

La noche del 1 de octubre Héctor Méndez, estaba en Quito, Ecuador impartiendo pláticas de prevención de desastres cuando alguien le mostró un mensaje en internet que alertaba de un derrumbe “devastador” que había sepultado a una comunidad en la ciudad de Guatemala. Era la aldea El Cambray II, en Santa Catarina Pinula, que dejó a más de 300 personas enterradas.

Sin pensarlo dos veces abordó un avión a la capital mexicana y luego se acomodó en otro que lo trajo al país. En el trayecto alertó a los integrantes de su grupo “los topos” para que llegaran al país. “Vine a ayudar, las primeras 72 horas son fundamentales para llegar a los sobrevivientes”, mencionó durante una conversación en la que analizó la situación que se vive en la llamada zona cero.

El rescatista de 60 años recordó que ha estado en eventos severos, como los terremotos de Haití en 2010 y, el más reciente, en abril en Nepal. Méndez no ocultó su frustración porque las autoridades no le permitieron ingresar a rescatar fallecidos.

Frases “Sería una vergüenza declinar como perro apaleado por la decisión de un individuo, el pueblo nos abre los brazos”.   “Los rescates no tienen horario, eso siempre ha sido así. Se trabaja aún de noche si se puede y se quiere”.   “Considero que fue un error haber ingresado maquinaria antes de las primeras 72 horas primordiales”.   “Le mando un mensaje cariñoso al pueblo y le expreso mi gratitud por su solidaridad con las víctimas”.  

¿Qué hizo al enterarse de la tragedia?

Pues me vine, no lo pensé dos veces. Siempre trato de ser así, en donde necesiten de mi grupo, tratamos de llegar lo más pronto posible.

Tengo entendido que el trabajo que brindan es de recuperación.

La norma internacional establece que se deben tener tres días para la búsqueda y el rescate de sobrevivientes. Eso es primordial. Son los momentos cruciales en que una persona puede estar con vida y nosotros la podemos rescatar.

¿Qué pasa después?

Viene el ingreso de maquinaria pesada.

En la aldea eso se observó desde el segundo día.

Es cierto, acá no se respetó eso.

Fue un error.

Pues sí. Digo eso porque se supone que se debe respetar el protocolo y saber que no se puede ingresar maquinaria porque hay vidas por salvar.

¿Por qué no los dejan ingresar en el área?

Nos explicaron que no estamos calificados, pero por qué sí pudo ingresar la Policía. Es algo egoísta y no se debe actuar así, nosotros venimos para ayudar a los demás.

Hubo críticas en las redes sociales.

Imagínate, venimos de lejos para ayudar y una persona no nos deja trabajar, pero no es el pueblo.

Hubo otra equivocación.

Un rescate, el que sea, no tiene horarios de oficina. En Guatemala, por fortuna, no ha llovido y el trabajo al comienzo no debió suspenderse, había que trabajar de noche, había vidas por rescatar.

¿Qué sugerencias brinda?

Que sigan trabajando, tienen que recuperar los cuerpos porque la gente está esperando. Lo que le digo a mi equipo es que se imaginen que su madre está debajo de la tierra y le pregunto qué harían y no paramos hasta sacar el último cuerpo. Si hay 300, pues sáquelos.

El lugar será un cementerio. ¿Qué dice?

En 1988, en Nicaragua, hubo un huracán y un derrumbe sepultó a una comunidad. Recuerdo que se declaró como camposanto porque era inaccesible ingresar, pero acá está en la ciudad y todo está a la mano.

¿Cuándo se van a retirar?

Por ahora no. Estamos cerca del área y ayudamos a los que nos necesiten, aunque no nos dejen ingresar. Si mi presencia hace que los demás sigan trabajando y rescatando víctimas, voy a seguir acá.

¿Qué le deja la tragedia?

Me impresiona la solidaridad de los guatemaltecos.

Tags

Lo Último


Te recomendamos