Brownfield volvió ayer, por tercera ocasión durante el mandato de Pérez, a tierras guatemaltecas, aunque esta vez el escenario es distinto por la polémica que generó una norma que condiciona el apoyo de esa nación a Guatemala si no se avanza en los temas de Chixoy y de adopciones y por el periodo de la fiscal general Claudia Paz y Paz.
El titular del Ministerio de Relaciones Exteriores, Fernando Carrera, calificó como normal la llegada del funcionario estadounidense.
Carrera añadió que el punto principal de la junta de Brownfield y Pérez será la cooperación de Estados Unidos en seguridad y el combate contra el narco.
Sin embargo, analistas no descartan que la visita sea para aclarar las palabras del mandatario, quien acusó a un senador estadounidense de interferir en las políticas del país. “No somos juguete de nadie”, enfatizó Pérez hace unas semanas.
Además, luego de que la Corte de Constitucionalidad ordenara que Paz y Paz debe dejar su puesto en mayo de este año, Estados Unidos le dio su total respaldo.
El politólogo de la Usac, Luis Morales, aseguró que es evidente que la visita tiene un trasfondo. “Viene de una u otra forma a bajarle de tono a las palabras de Pérez y ha dejarle muy clara la postura de Estados Unidos”, afirmó Morales.
Según un comunicado de prensa del Departamento de Estado, Brownfield también se reunirá con el jefe de la CICIG, Iván Velásquez, para anunciarle un aporte extra para esa entidad.
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Amilcar Ávila y Agencias