Atitlán se asfixia pese a millonario fondo para evitarlo

“El lago más bello del mundo”, como muchos lo llaman, languidece por la sobrepoblación, la contaminación e ineficacia de varios gobiernos que han congelado dinero internacional.

A pesar de que el Gobierno cuenta con Q950 millones para un programa de agua y saneamiento territorial desde hace más de tres años, hasta la fecha no se ha ejecutado ni siquiera el 1% de esos fondos.

En parte, la revitalización del lago de Atitlán depende de ello; de otra forma, las entidades que brindan las condiciones ambientales idóneas verán cómo muere.

La exhorbitante cifra proviene de una donación de Q150 millones de la Cooperación Española colocados en una mancomunidad de la cuenca del lago, pero “lleva más de tres años y medio (congelado)”, aseguró Iván Azurdia, director de la Autoridad para el Manejo Sustentable de la Cuenca del Lago de Atitlán y su Entorno (AMSCLAE).

Sin embargo, el dinero no se irá por el caño, ya que la Vicepresidencia de la República gestionó los primeros Q15 millones y les pidió en julio pasado a los alcaldes del departamento que asuman el 20% que requieren los europeos como contraparte.

El resto es de un préstamo de US$100 millones que dio el Banco Interamericano de Desarrollo casi en el mismo periodo, con el que tampoco “se ha hecho ni un solo proyecto en el país, ni uno solo”, enfatizó Azurdia.

Datos del Ministerio de Finanzas indican que, tanto para la donación como el préstamo, el desembolso ejecutado a la fecha ha sido de apenas US$2.26 millones.

Los US$97.74 millones restantes duermen el sueño de los justos, mientras la situación de la belleza natural de Atitlán en mención se deteriora.

El maltrecho lago

Cuando se avista, la majestuosidad de este lugar roba el aliento de los que lo ven por primera vez hasta no parar de fotografiarlo.

Muchos, incluso, desconocen que el que hace cinco años fue candidato a una de las siete maravillas modernas esté asfixiándose por el exceso de contaminantes que ha recibido en los últimos años.

En sus orillas, tampoco es perceptible que el principal problema lo cause el ingreso de un millón cien metros cúbicos anuales de aguas residuales, ricas en fósforo y nitrógeno, que producen los casi 220 mil habitantes en la cuenca.

“Cuando empezamos a trabajar en la recuperación de la salud del lago, esperábamos que este proceso ocurriera de 10 años a 15 años; sin embargo, este se aceleró entre 2009 y 2013”, indicó Virginia Mosquera, investigadora del Instituto de Agricultura, Recursos Naturales y Ambiente (IARNA).

Esta organización se formó como parte de la vicerrectoría de investigación de la Universidad Rafael Landívar para monitorear la salud del lago y hallar los puntos donde se necesita trabajar con urgencia para evitar su extinción.

Como dato extra, la densidad de población en la cuenca representan el triple del resto del país: hay 540 habitantes por kilómetro cuadrado, contra 120 en el resto de la nación.

La situación es tan complicada que, por su condición hidroestática, y a manera de ejemplo, una gota de lluvia residirá en él hasta 80 años. Su agua ya no se mueve.

Qué ocurre

Debido a ese excedente de contaminantes por el manejo inadecuado de desechos sólidos y líquidos, Atitlán ha vivido florecimientos constantes de cianobacteria.

Aunque el nombre suene letal, esta es un organismo que vive en todos los lagos que se alimenta de fósforo e hidrógeno, solo que a su propio ritmo.

Las abundantes cantidades que recibe han propiciado un aumento que no es natural, lo cual le roba el oxígeno y, por ende, expone a las especies endémicas a asfixiarse.

“El ingreso es superior, lo que incrementa las posibilidades para la reproducción y florecimiento, y, por ende, el desequilibrio”, según Mosquera.

Aunque no es perceptible siempre y pareciera que el lago, con una profundidad máxima de 324 metros, no enfrenta ninguna crisis, la cianobacteria está ahí.

Proceso acelerado

En la actualidad, el cuerpo de agua dulce pasa un proceso acelerado de estado oligotrófico a mesotrófico, es decir, está dejando de ser transparente, frío y azul a ser opaco, caliente y verde.

De los 19 municipios de Solola, 15 dan directamente a sus aguas, y apenas 11 tienen una planta de tratamiento de fluidos contaminados que no logran depurar el excedente de nutrientes.

Panajachel, por su densidad poblacional y urbanística, es el mayor contaminante. Las estimaciones de AMSCLAE del año pasado reportan un caudal descargado de 3 millones 271 mil 330.44 metros cúbicos.

El ingreso “de un pañal desechable demoraría 450 años en degradarse; una botella de vidrio podría permanecer ahí hasta la eternidad, y un hilo de trasmallo, hasta 600”, aseguró Iván Azurdia.

La situación la complican los mil 600 basureros clandestinos en la cuenca.

Una investigación de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, hecha en el último medio siglo, dice que la erosión fue de 50%. Este reposa en el fondo.

Dos escenarios

El ingreso de heces fecales, animales en estado de descomposición, fertilizantes y sedimentos que se desprenden de las tierras aledañas obligan a dibujar dos escenarios para la próxima década y arrojan resultados por completo opuestos.

En el peor de los casos, los florecimientos de cianobacteria aumentarán y acabarán con peces y plantas, al mutar a una potencialmente dañina. Crecerán los riesgos para la salud de más de 78 mil personas que beben su agua, además de impactar el turismo y el comercio.

Por ello, una de las propuestas de la Asociación Amigos del Lago y el IARNA es frenar el ingreso de aguas residuales mediante plantas de tratamiento que separen los contaminantes.

Además de regular el uso de fertilizantes y controlar el desprendimiento de sedimentos que ingresan por medio de los ríos.

Empero, esta labor requiere de una participación a todo nivel: desde sus habitantes hasta el Congreso de la República, según la AMSCLAE. Como resultado, los primeros cambios se verían en la próxima década.

Esto se necesita

El director de la AMSCLAE está claro: que la entidad funcione como debe ser; a pesar de que existe desde hace 16 años, es funcional desde el año pasado.

Además, que las alcaldías sololatecas actualicen sus métodos de recolección de basura y las plantas de tratamiento de aguas contaminadas.

Ejecutar la estrategia 15-15, la cual equipa a los municipios de la cuenca antes de 2015 para un manejo eficiente de los desechos y facilitar la venta de desperdicios reutilizables.

La medida les dará empleos a residentes en la limpieza de calles y en la administración de las plantas de tratamiento, las cuales generan abono orgánico que el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación colocará en el mercado productivo.

Tratan aunque falta

Doce sitios sololatecos cuentan con la infraestructura necesaria para reducir los porcentajes de contaminación antes de que los líquidos se depositen en el lago. En tres de ellas, no funcionan, según AMSCLAE.

En el municipio de Sololá: San Antonio, San Bartolo, Colonia María Tecún, San Jorge La Laguna.

En Santa Lucía Utatlán, El Novillero. En San Andrés Semetabaj, San Andrés. Santa Catarina Palopó, Santa Catarina Palopó. Santa Cruz La Laguna, Santa Cruz La Laguna.

En Santiago Atitlán, Chuk Muk. Santa María, Santa María Visitación. En Panajachel, Cebollales. Y en Concepción, Concepción.

Así operan

La Fundación Amigos del Lago mostró a Publinews la planta de tratamiento instalada en Santa Catarina Palopó.

La estructura es de tipo aeróbico, la cual funciona mediante un pretratamiento y tres procesos de tratamiento. Consta de tres cámaras de aireación y una de sedimentación.

En el primero, las aguas negras pasan por una rejilla que atrapa desechos sólidos, grasas y separan la arena.

Los tratamientos primario y secundario actúan en combinación: separan sólidos más finos y permiten que las bacterias se alimenten con las aguas grises.

Esto propicia la formación de flóculos, es decir la unión de las bacterias para crear una sedimentación. Además, se separa el agua del lodo hacia los vertederos. El lodo pasa a los digestores donde las bacterias se comen entre ellas.

En el terciario, se envía el agua a tres piletas que contiene ninfas, para absorber el fósforo y el nitrógeno, y pupas de peces que se comen de las larvas de mosquitos.

Antes de descargarla a los pozos de filtración, de seis metros de profundidad, se le agrega una pastilla de cloro. De aquí, se filtran a los mantos friáticos.

Educar es vital

La Asociación Amigos del Lago fomenta el cuidado del medioambiente con educación a todo nivel en el manejo de desechos.

El objetivo, según Ana D’Apolito, directora ejecutiva, es no “esperar a que los gobiernos municipales, ni el estatal, tengan que resolver el problema de saneamiento sino que el ciudadano lo haga él mismo”.

Sin embargo, admite que “ningún proyecto se ejecuta con éxito sin el respaldo de la población actual y de las futuras generaciones, porque son ellos los que vivirán acá”.

D’Apolito considera que para buscar las soluciones es vital conocer las condiciones biológicas para luego efectuar un manejo integral del problema.

Alto ingreso de Nutrientes.  Virginia Mosquera, investigadora IARNA

En la actualidad, el lago de Atitlán enfrenta un proceso natural de eutrofización, es decir una producción excesiva de nutrientes. Esto lo causa el ingreso de aguas residuales que producen los habitantes de la cuenca.

Cuando empezamos a trabajar en la recuperación de la salud del lago, esperábamos que este proceso ocurriera en 10 años a 15 años; sin embargo, este se aceleró entre 2009 y 2013.

Un proceso como este necesita de su propio tiempo para adaptarse ya que de otra forma afectará el ecosistema, disminuirá la comunidad de peces y provocará que el agua deje de ser potable.

En un escenario optimista, y alcanzable, urge eliminar el ingreso del nitrógeno y fósforo que contienen las aguas residuales. Luego atacar el ingreso de sedimento y fertilizantes que transportan los ríos.

Al tomar estas acciones veremos que el lago mejorará. Pasará de un estado mesotrófico, es decir muy rico en nutrientes, a uno oligotrófico, con mayor transparencia. Los lagos siempre estarán expuestos a ser ricos en nutrientes, aunque debe ser a su propio ritmo.

En un segundo escenario, se verán florecimientos contantes, no habrá transparencia pero sí problemas para la salud humana por las cianotoxinas y bacterias, como el Escherichia coli.

Entender qué ocurre con la cianobacteria es sencillo: es como cualquier planta que necesita de luz solar y agua. El lago tiene sus propios productores de alimentos como en cualquier ecosistema.

Empero, en el caso de Amatitlán, el ingreso es superior, lo que incrementa la posibilidades para la reproducción y florecimiento, y, por ende, el desequilibrio.

La cianobacteria crecerá tanto como cuantos nutrientes reciba.

Funciona por capas. En la inferior, se acumulan todos los nutrientes. Cuando ocurre un proceso llamado de volteo, estos suben y se dan los florecimientos, como los vistos en los últimos dos meses.

Que haya ocasiones en donde no se le vea no significa que no ha tenido las suficientes alimentación. A veces se hunde y a veces sale a flote. Pero la cianobacteria siempre está ahí.

Juan José López

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