CIEN recalca ineficacia de reglamento penitenciario

Aunque el reglamento contempla programas de reinserción social como educación y formación laboral su aplicación no es total debido al perfil de los presos.

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El Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN) presentó un análisis de las actividades de rehabilitación incluidas en la Ley del Sistema Penitenciario (SP),  que resalta la falta de efectividad estas debido al perfil criminal de los últimos años.

Además resaltó la urgencia de retomar el control de las cárceles y replantear los programas para resguardar de forma debida al recluso y rehabilitarlo.

La rehabilitación se entiende como la oportunidad que tienen  los privados de libertad de convivir en un ambiente ordenado y supervisado, con acceso a estudio y trabajo. Sin embargo esto no ocurre en su totalidad.

Según el estudio, para lograr lo anterior  y la ocupación de los reclusos es necesario una adecuada separación de la población, tratamiento profesional de las adicciones, y un sistema de trabajo con controles rigurosos y registros fiables.

La Constitución de la República, en el Artículo 19, dice: “El Sistema Penitenciario debe tender a la readaptación social y a la reeducación de los reclusos”.

Es por eso que el SP brinda tres tipos de atención sin hacer ninguna diferencia entre prisión preventiva y cumplimiento de condena para que desempeñen un trabajo útil y remunerativo; recibir educación y capacitación en todos los niveles académicos para que recobren su libertad de forma paulatina.

Atención personal

Cada centro penal tiene a su disposición un médico, un dentista y un enfermero. Según el reporte del CIEN, el SP no dispone de personal especializado en problemas de adicciones.

“Un 30% de los reclusos admite que es fácil conseguir drogas en la cárcel y actualmente no hay programas de atención profesional para el tratamiento de las adicciones”, afirmó Walter Menchú, asistente de investigación del CIEN.

Más del 50% de los reclusos tiene adicciones como: el tabaco, la marihuana, el alcohol, la cocaína, el crack y la chicha. Sin embargo ningún enfermero cuenta con la capacitación necesaria para tratar esos problemas.

Educación y formación laboral

La educación formal son los programas que se encuentran dentro del pénsum oficial del Ministerio de Educación que van desde alfabetización y primaria acelerada, básicos, y bachillerato, hasta educación superior. El 66% que la recibe asiste a alfabetización o primaria acelerada.

La educación extraescolar proporciona conocimientos y fomenta un cambio de actitud. Las materias que incluye son: Inglés, computación, música, educación física entre otros.

Entre las actividades laborales a las que tienen acceso los reclusos están los negocios como tiendas, comedores o peluquerías hasta servicios de lustrado, limpieza y ventas ambulantes.

Un 67% de la población reclusa ejerce una actividad laboral,sólo un 13% sigue un programa de educación formal y un 20% un programa de educación extraescolar como parte de los programas de reinserción social.

Luisa María Godínez

 

 

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