Foto: Pedro Orozco
El accidente del bus de Transportes San Martineca, por el que murieron 50 personas, puso de nuevo en el ojo del huracán a la Dirección General de Transporte (DGT).
El titular del CIV, Alejandro Sinibaldi, reconoció que esta tiene deficiencias y hay corrupción.
La Asociación de Usuarios de Transporte Urbano y Extraurbano (AUTUE), señala que la ley de la materia es obsoleta y eso ha dificultado su aplicación.
Edgar Guerra, de Defensoría de Usuarios del Transporte de la Procuraduría de los Derechos Humanos, explica que durante muchos años se ha denunciado la corrupción en esa instancia, pero poco se ha hecho.
Guillermo Sosa, viceministro de Comunicaicones, explicó que buscan crear la superintendencia, un ente autónomo que involucraría al Estado y el sector transporte y con este se le pondría fin a la DGT. El vocero de la AUTUE, Wladimir Díaz, aseguró que desde 2007 han sugerido la creación de esta instancia.
“La corrupción y el abandono superaron a la DGT y es necesario tomar las medidas necesarias”, argumentó Díaz.
Cifras oficiales dan cuenta que en el país circulan 9 mil buses e igual cantidad de piratas.
RAÚL BARRENO CASTILLO
