Acá venimos a hablar de las drogas”, resumió José Miguel Insulza, secretario general de la OEA, en la cumbre que comenzó ayer en La Antigua Guatemala.
El presidente Otto Pérez fue el encargado anoche de instalar de manera oficial la asamblea.
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El tema central serán las drogas. Hemos logrado abrir un espacio de diálogo serio que hace replantearnos como región cómo combatimos este flagelo”, aseguró Pérez.
Insulza explicó que en ningún momento hablarán de despenalizar cualquier estupefaciente o elaborar una política.
Buscaremos una ruta de posibles escenarios, pero el diálogo tendrá que seguir si así lo deciden los Estados”, aseveró el jefe de la OEA.
Sin embargo, durante las sesiones, los 26 cancilleres (incluido el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry) que figuran en las 34 delegaciones no solo acordarán qué entidad le dará seguimiento al estudio que la OEA elaboró sobre alternativas al combate de las drogas, sino que además se tratarán las posturas sobre el aborto y matrimonio homosexual.
La polémica sobre ambos temas creció luego de que se conoció que están incluidos dentro de los 20 puntos de la declaratoria final que será dada a conocer el jueves, al concluir el evento.
Durante una reunión ayer entre la OEA, la sociedad civil, los trabajadores y el sector privado se evidenciaron las opiniones encontradas.
Unos a favor y otros en contra. “Se deben reconocer los derechos humanos de los transgéneros”, manifestó la activista Johana Ramírez.
También propusieron experimentar la regulación del cannabis.
Habría que intentar con la regulación de esa droga porque no ha sido efectiva la persecución que se hace tanto del productor como del consumidor”, aseguró Rosa de Léon, de Iepades.
El sector privado añadió que no se debe afectar la salud ni poner en riesgo la familia como ente principal de la sociedad.
Discordia
- Los temas donde no se logra acuerdo es decidir qué institución seguirá con el análisis del estudio sobre alternativas al problema del narcotráfico.
- La Unión Europea se pronunció y aseguró que la despenalización no es la solución a este flagelo.