Foto: Sergio Vásquez / Bomberos Voluntarios
Una corazonada de los rescatistas y los lazos afectivos de dos perros fueron claves para localizar el cadáver de un joven soterrado durante el terremoto en San Cristóbal Cucho, departamento de San Marcos.
“Tigre” y “Mesho” identificaron casi con exactitud el sitio donde Dani Domínguez Bautista, de 19 años, estuvo sepultado por toneladas de tierra y piedras, y a unos 15 metros de profundidad, en los últimos seis días.
“Uno de ellos escarbó un poquito y se echó. Lo quitaron del lugar, pero regresó y volvió a echarse, solo que ahora de una forma muy sentimental”, dijo a Publinews Sergio Vásquez, vocero de los Bomberos Voluntarios.
Un hermano de Dani llevó a los canes a la zona donde se realizaban las tareas de rescate, por sugerencia de un entrenador canino de ese cuerpo de socorro.
Este tomó como referencia el caso de otro muchacho que también fue rescatado después de que su mascota ubicara el cadáver en el cementerio La Verbena en la zona 7 capitalina, solo un día antes.
El familiar “suspiró con un gran sentimiento de alivio y dio las gracias”, indicó Vásquez.
A juicio del rescatista, la clave de este caso redunda en la relación especial que existía entre la mascota y su amo, algo no se observa en los canes entrenados para situaciones de emergencia.
“Cuando uno tiene una mascota, se hace un pacto, un enlace. Creas algo especial con tu mascota”, consideró el profesional.
Con la recuperación de este cadáver, la cifra de desaparecidos quedó a cero y la de muertos ascendió a 44.
A pesar de que la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) suspendió las tareas de rescate, los Bomberos Voluntarios y la Unidad Humanitaria del Ejército de Guatemala continuaron con estas.
Los protocolos internacionales, incluso, restringen a 72 horas los trabajos de recuperación aunque, en este caso, se extendieron durante una semana.
“Hay un compromiso moral con la familia”, aseguró Vásquez.
Juan José López Torres / Publinews
